Bélgica buscaba reafirmar su jerarquía de Rusia 2018 y mostrar por qué muchos la ponen como una de las favoritas. Mientras que Canadá quería soñar con una gran actuación en su estreno en una Copa del Mundo luego de 36 años de ausencia. Las dos selecciones dejaron sus objetivos a medias.
Los belgas se llevaron la victoria por la mínima diferencia ante una Canadá que resistió los intentos de ofensiva de los europeos y, en algunos tramos del partido, logró incluso dominar el juego.
Así lo hicieron al principio del encuentro. Los canadienses salieron al terreno de juego proponiendo un planteamiento físico y organizado. Con desbordes y acciones rápidas los vestidos de blanco llegaron al arco del portero del Real Madrid, Thibaut Courtois. Pero no lograron concretar.
Uno de los puntos de inflexión del partido llegó al minuto 9. El jugador belga Yannick Carrasco tocó el balón con la mano y tras una revisión del VAR el árbitro del partido, el zambiano Janny Sikazwe, pitó un penalti a favor de Canadá.
El encargado de cobrarlo fue el centrocampista del Bayern de Múnich, Alphonso Davies. El ‘19’ lanzó un disparo con poca potencia y Courtois adivinó la trayectoria del balón arrebatándole el primer grito de gol a Canadá, no solo del partido, sino de toda su historia mundialista.
El ‘1’ de ‘Los Diablos Rojos’, por su parte, se convirtió en el primer belga en atajar un penalti en una Copa del Mundo.
El primer tiempo estuvo marcado por la dificultad belga de acercarse al terreno de juego canadiense. Y también por la incapacidad del conjunto blanco de finalizar sus opciones de gol.
Solo hasta el minuto 43, una individualidad belga logró cambiar el 0-0 del marcador. El defensa Toby Alderweireld lanzó un pase largo que viajó hasta el área rival. Y tras un gran control el delantero Michy Batshuayi anotó el primero, y único, tanto del partido.
El segundo tiempo transcurrió sin muchas sorpresas. Mostró dos equipos con dificultad de construir con el balón y con problemas de definición en el último tercio.
