La expectativa crece otra vez en Venezuela luego de que se comunicó que el Gobierno y la oposición se preparan para regresar al diálogo en Ciudad de México después de más de un año desde el último intento fallido.
Según notificó el presidente de Colombia, Gustavo Petro, a través de sus redes sociales, este fin de semana se lanzará una nueva ronda de negociaciones intermediadas por Noruega, como las que se abandonaron en octubre de 2021.
Si bien no hay confirmaciones oficiales, distintas fuentes aseguran que el temario de las conversaciones apuntará principalmente a la solución de la crisis política, pero también las elecciones presidenciales, la situación de cientos de presos políticos, las sanciones de Estados Unidos y las chances de que se forme un fondo de más de 3.000 millones de dólares para ayuda humanitaria auspiciado por la ONU.
En un plano ideal, se espera que de estos cónclaves surjan posibles fechas para celebrar los comicios en 2024, los cuales deberán contar con observadores internacionales que brinden transparencia a los resultados.
La última vez, el diálogo quedó suspendido después de que el Gobierno decidiera interrumpirlo unilateralmente por la extradición hacia Estados Unidos del empresario colombiano Álex Saab, presunto testaferro de Nicolás Maduro.
Este acercamiento se produce semanas después de la cumbre celebrada en París, con el mandatario francés, Emmanuel Macron, como anfitrión y que contó con la participación de Petro, su homólogo argentino Alberto Fernández, la ministra de Exteriores noruega y las representaciones de Jorge Rodríguez -el jefe de la delegación venezolana para el diálogo- por el oficialismo y de Gerardo Blyde por la oposición.
Durante el Foro Mundial de Paz desarrollado en suelo parisino, ambas partes pactaron reiniciar las charlas en México antes de finalizar el año.
En estos meses iniciales de su gestión, Petro se ha enfocado en forjar nuevamente los lazos entre Bogotá y Caracas con la reapertura de la frontera, la reanudación de los vuelos y el respaldo al restablecimiento de la normalidad en la política venezolana.
Las puertas de Venezuela hacia el mundo se han abierto y el respaldo en América Latina ha aumentado en los últimos meses con las victorias electorales de líderes izquierdistas como Lula en Brasil, Gabriel Boric en Chile y el propio Petro.
Además, no es casualidad que oficialistas y opositores hayan sido acogidos por Macron, quien en su momento se fotografió con Juan Guaidó y le dio legitimidad como presidente del país.
La guerra desatada en Ucrania y las posteriores sanciones contra el petróleo y el gas de Rusia, generaron una crisis energética en Europa y fuertes repercusiones en Estados Unidos.
Y, en ese contexto, Caracas empezó a ser visto de otra forma por la comunidad internacional. Fueron tendidos puentes para reasociarse y distintas naciones ofrecen colaboración activa para acelerar la construcción de la normalidad política.
Inclusive se flexibilizarían las sanciones que recayeron contra el régimen de Maduro por parte de Washington y la Unión Europea que tanto coartan el margen de maniobra de un país con severos problemas económicos, pese a la reciente mejora de sus índices.
Tanto es así, que EE. UU. aprobaría la expansión de las operaciones de Chevron para el sábado, día en el que se espera que se retomen los diálogos venezolanos en México, una decisión que podría repercutir favorablemente en la economía del país sudamericano.
Con EFE y Reuters