Pasan los años, cambian los entrenadores, pero Suiza se sigue apoyando en una regularidad que le permite erigirse como un rival de cuidado. No es un equipo que brille ni que exhiba grandes atributos futbolísticos. Pero tiene contundencia e inteligencia para lograr resultados.
Camerún fue la última víctima de este conjunto-reloj. Tras no pasarla bien en la primera mitad, los helvéticos golpearon en el inicio del segundo tiempo y se llevaron una victoria por 1-0 sobre los ‘Leones Indomables’, que no aprovecharon sus ocasiones en los 45’ iniciales y pagaron una desatención defensiva con el gol marcado por Breel Embolo.
Así, con la eficacia acostumbrada, Suiza dio el primer paso que necesitaba en el Grupo G. Los próximos duelos ante Brasil y, sobre todo Serbia, pueden permitirle el pase a octavos.
Para el combinado de Rigobert Song, aunque mostró algunos momentos que despertaron la ilusión, la tarea se pone cuesta arriba en una zona que, en los papeles, lo ubica como el más débil. Así parece una utopía alcanzar la ambiciosa meta pronosticada por el presidente de la Federación Camerunesa de Fútbol, Samuel Eto’o, que apostó por llegar a la final en Qatar.
Suiza se lleva el premio mayor con su primer disparo a puerta
El plan de Camerún funcionó mejor en el primer tiempo. Ordenado en la faceta defensiva, apeló a la velocidad de sus tres delanteros para contragolpear y tuvo las ocasiones más claras.
A los 10 minutos, Bryan Mbeumo remató de zurda, Yann Sommer tapó, pero dio un rebote al medio que Karl Toko-Ekambi definió muy alto. Y cuatro minutos después, Eric Maxim Choupo-Moting se fue mano a mano, pero no pudo con el rápido achique de Sommer.
El arquero suizo completó su gran actuación en la etapa inicial con una atajada a un tiro cruzado de Martin Hongla. Silvan Widmer rechazó el rebote.
Recién hacia el final del primer tiempo, Suiza tuvo un par de aproximaciones, con cabezazos anchos de Nico Elvedi y Manuel Akanji.
Sin embargo, en el inicio de la segunda etapa, los helvéticos consiguieron la ventaja en su primer disparo a puerta: Xherdan Shaqiri se escapó por derecha y envió un centro al medio para Breel Embolo, que definió en completa soledad para el 1-0.
Con la ventaja, Suiza hizo lo que mejor le sale: defender con orden y oficio, manejar el balón con calma y aprovechar la necesidad del rival. Pudo haber ampliado la diferencia con un potente disparo de Ruben Vargas, pero André Onana rechazó con un hombro.
Camerún buscó con más ansias que ideas, pero chocó con sus propias limitaciones. Tampoco resultaron los cambios de Rigobert Song, que no logró refrescar a su equipo, golpeado cuando el plan A se cayó.
Así siguió la tendencia de otras selecciones africanas en esta fecha inicial del Mundial: a la espera del estreno de Ghana, los otros cuatro representantes del continente no han podido convertir.
El gol camerunés que frustró a Camerún
Marcar el primer gol en un Mundial es un motivo de alegría y emoción. Pero para Breel Embolo tuvo un sabor agridulce: su tanto valió la victoria de Suiza pero también la derrota de Camerún, su país de nacimiento.
De ahí que el centrodelantero -nacido en Yaundé pero criado en Basilea por su madre camerunesa y su padrastro suizo- se haya quedado paralizado tras vencer la portería de André Onana.
Rápido, levantó las manos en señal de disculpas. Luego sí ensayó una modesta celebración para su bautismo en las redes de una Copa del Mundo: en Rusia 2018 participó en cuatro partidos, aunque solo uno como titular y no había podido marcar.
En la previa del partido, Embolo había admitido que enfrentar a Camerún era «muy, muy especial para mí y toda mi familia» y que intentaría «no celebrar» si le tocaba anotar. «Es un poco como un conflicto. Habrá mucha emoción a lo largo de este duelo», había señalado.
Pese a su conexión con Camerún, un país al que regresa a menudo para visitar a su familia paterna, el hoy goleador del Mónaco hizo toda su carrera en las selecciones juveniles de Suiza y optó por representar al seleccionado helvético, una decisión que pensó «mucho» y fue «muy difícil».
