Acarigua.- El obispo de la Diócesis de Acarigua y Araure, Gerardo Antonio Salas Arjona, fue recibido este domingo, por la feligresía de la Iglesia Nuestra Señora de la Milagrosa ubicada en Los Cortijos, en una actividad que inició con un recorrido junto a la imagen de la Virgen conocida como «Medalla de la Milagrosa» y que cada 27 de noviembre, desde 1830, se conmemora su día.
Humilde y lleno de regocijo, el obispo realizó su primera visita a las comunidades cristianas de Acarigua y Araure, donde espera «servir y acompañar el pueblo de Dios».
Hemos sido llamados -afirmó- a acompañar y asistir al pueblo de Dios para ayudarlos a crecer en su vida espiritual y de fe. “Estoy feliz y contento de poder ser instrumento de Dios», dijo.
Junto al padre de la parroquia Alexánder Uzcátegui y acompañado de otros presbíteros de la Diócesis que ahora preside, el obispo inició la misa, en el marco del primer domingo de adviento, símbolo de preparación para la llegada de Jesús
Durante la homilía, resaltó que «la palabra de Dios nos invita a caminar y ponernos en movimiento. Muchas veces ese camino se estanca o se pierde en los quehaceres ordinarios y nos resta el tiempo para vivir la experiencia de Dios».
Salas Arjona invitó a los fieles a esforzarse por mover su vida a Dios, «abriéndole el corazón a la ternura y a la gracia de Dios. Tenemos que ser luz», resaltó.
Al finalizar la misa, el presbítero Uzcátegui agradeció el acompañamiento del obispo afirmando que su presencia como pastor, es un estímulo y una llamada a una nueva conciencia y a tomar muy en serio el camino sinodal, «para convertirnos más al Señor y ser fieles al evangelio de Jesucristo».
La actividad religiosa reunió a feligreses, grupos de apostolado, pastorales, habitantes de comunidades aledañas, así como también a los mandatarios municipales de Paéz y Araure, Rafael Torrealba y María Celeste Rodríguez y la secretaria de la Gobernación del estado Portuguesa, Amarilis Pérez. (CNP 18.050)
