Venezuela y Países Bajos expresaron su «voluntad» para una «reapertura gradual de la frontera», cerrada en 2019, entre el país caribeño y las islas del reino europeo de Aruba, Curazao y Bonaire, según un comunicado conjunto difundido este martes.
Tras reuniones bilaterales, ambos países acordaron «mecanismos de trabajo que permitan (…) la reactivación de las conexiones marítimas y aéreas» con estas islas de Países Bajos, indicó el texto difundido por la cancillería venezolana y la embajada neerlandesa en Caracas.
Ambos gobiernos tienen prevista una nueva reunión en el «corto plazo» para abordar «el comercio marítimo transfronterizo gradual de productos» y los «esfuerzos conjuntos para garantizar la seguridad en la frontera entre ambos países».
El gobierno del presidente Nicolás Maduro cerró la frontera con estas islas en febrero de 2019, en un momento de alta tensión, tras impedir la entrada por mar de ayuda humanitaria.
Curazao servía de centro de acopio de esa asistencia, en un momento de severa escasez de fármacos y una hiperinflación que dificultaba la compra de alimentos y otros bienes esenciales. Dos cargueros con rumbo a Venezuela quedaron varados en esa isla ante la amenaza de ser atacado por la marina venezolana si entraba en aguas soberanas de ese país.
El gobierno aseguraba en ese entonces que esa asistencia formaba parte de un plan de invasión para derrocarlo. Bloqueó de hecho el ingreso de unas 600 toneladas de ayuda almacenadas en Cúcuta, Colombia, país con el que también rompió relaciones diplomáticas.
El vínculo con Bogotá se restableció en septiembre tras la llegada al poder del izquierdista Gustavo Petro.
Maduro había adelantado el lunes «buenas noticias» en su relación con los Países Bajos, al tiempo que celebró las «perspectivas de avance» que tiene con Brasil, país con el que tampoco tiene relación, tras el triunfo de Lula Da Silva.
AFP