Acarigua.-Para la médico pediatra, Iraima Rivero el ejercer la profesion implica ser una persona que sabe escuchar, ser atenta y cariñosa; una forma de saber «descubrir en cada mirada, un gesto y una palabra, lo que pueda estar sintiendo un niño y luego sentir la gratitud con una sonrisa».
Este 20 de enero se celebra el Día del Pediatra en Venezuela, la cual toma como referencia la instalación de la Sociedad Venezolana de Pediatría en 1939. Desde entonces, en esta fecha se reconoce la labor a los profesionales que cuidan de la salud de los niños.
Rivero es una médico acarigüeña con trayectoria profesional en el estado Lara y Portuguesa. Destaca entre sus funciones, por ejemplo, que ejerció hasta el 2021 como médico jefe del área de emergencia del Hospital Materno Infantil “Dr. José Gregorio Hernández” en Acarigua y actualmente se dedica al cuidado de los niños, también como intensivista y cuidado neonatal.
«La pediatría me escogió a mí cuando inicié en el internado rotatorio, lo que corresponde al artículo 8 para graduarme de médico. Siempre me tocó el área de pediatría, además que el doctor Raúl Alza, a quien aprecio mucho, me hizo amar la pediatría tanto como él lo hacía y el cual me llamaba la atención por el trato al paciente y el esmero; algo bonito», expresó.
Explicó que en esta especialidad, además de ser muy importante para el desarrollo y crecimiento de los niños, es indispensable en el primer año de vida porque se encarga de la prevención, el diagnóstico, el cuidado y el tratamiento de las enfermedades de la infancia, desde 0 años de vida, es decir, recién nacido, hasta los 18.
Recalcó que durante el primer año de vida, es importante el control mensual del desarrollo del niño, para vigilar el peso, la talla, cuánto mide, cómo va el crecimiento de su circunferencia encefálica, -es decir, su cabecita-, ver el progreso psicomotor, estar atentos a lo que sucede en sus primeros meses de vida, si no gana peso y talla adecuado, indagar qué pasa, ver si hay retraso en cualidades o habilidades que deba adquirir un niño a medida que avanza en edad.
Asimismo, dijo que es fundamental respetar los esquemas de vacunación, mantener al día los cuidados e higiene, además de la atención y vigilancia ante cualquier signo de salud que se presente en la vida del infante, como también estar pendiente de las campañas de prevención y cuidado de enfermedades.
“Imposible no amar a cada niño”
La doctora Rivero comentó que lo más difícil que le puede pasar a un pediatra, es que a pesar de los esfuerzos por mantener la salud de su paciente, no se obtengan los resultados esperados y que se presente un desenlace fatal, en el cual ya no se pueda mantener la vida o salud, «porque es imposible no pasar esa barrera médico-paciente y no llegar a amar a cada niño”.
-Un buen pediatra debe ser cariñoso, estar atento para saber escuchar lo que dice el niño y su entorno familiar; es por ello que el médico pediatra no debe atender con prisa, porque la evaluación debe ser completa, de esta profesión no cambiaría nada.
Más educación preventiva
La pediatra Iraima Rivero señaló que la realidad es que en Venezuela en los centros de salud pública hay muchas carencias y es por ello que en la prevención se puede lograr el desarrollo de un niño sano.
Deben evitarse las enfermedades, vigilar los estados de nutrición que puedan interferir en el desarrollo físico-emocional de los niños. Consideró que en las instituciones públicas deben haber consultas de puericultura, para la educación de los padres y representantes.
En los centros de salud hay más áreas de emergencias o áreas críticas, pero, a su juicio, deben existir también la práctica preventiva y educativa. Finalizó recomendando a los padres y representantes estar siempre muy pendientes del desarrollo físico y mental de los infantes. (CNP 13.114)
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