Cultura y Espectaculo

Paganismo y religión se han mezclado históricamente en las fiestas de Carnaval

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Escrito por Redacción

Los registros del verdadero origen del carnaval datan de 5.000 años atrás entre las poblaciones sumerias y egipcias. Para los sumerios era importante expulsar a los malos espíritus de las cosechas con una gran fiesta.

Por su parte, los egipcios consagraban estos días a Apis, asociado a la fertilidad. Por la actitud de alegría y libertad de las dos civilizaciones, se refiere a ambas como los inicios del Carnaval.

Se celebra entre los meses de febrero y marzo, porque para ambas civilizaciones estos meses representaban la transición del invierno a la primavera, por lo que podían relajar sus obligaciones un par de días. Allí, afirma la Enciclopedia Británica, se llevaba adelante un festival pagano llamado Sham El-Nessim que celebraba el comienzo de la primavera.

En el imperio romano se realizaban las Saturnales, festividades al finalizar el invierno en que se ofrecían banquetes y bailes con máscaras y disfraces, para celebrar la abundancia de la tierra.

Siglos después -con las campañas de Alejandro Magno- los griegos adoptaron la fiesta y luego los romanos. Se la llamó Bacanal, en honor al dios Baco, también conocido como Dionisio, un «dios de la naturaleza, de la fecundidad y la vegetación, especialmente conocido como dios del vino y el éxtasis». Esas fiestas contaban con abundante canto, baile y vino, y un «comportamiento de excesos», dice la New Carnival Company.

Ya en la Edad Media y con la expansión del cristianismo, las tradiciones paganas se adaptaron como preparativo para la cuaresma, un período de abstinencia y ayuno de 40 días. De hecho, su nombre proviene del latín “carnem levare”, por lo que Carnaval significa “quitar la carne”.

Es en este período que toma su estatus como celebración, en la que casi todo está permitido Para que los participantes resguardaran su reputación, debían cubrirse el rostro con antifaces y disfraces.

¿Cómo llega el Carnaval a América?

Con la llegada de Cristóbal Colón a América y la conquista del territorio, el Carnaval cruzó el océano, explica la New Carnival Company.

Los dueños de las plantaciones celebraban hasta el miércoles de cenizas con desfiles por las calles y bailes con disfraces que remitían a las tradiciones del Viejo Mundo.

El Carnaval ha sido un período de permisividad, de crítica social, en el que se ridiculizaban a los gobernantes, a los nobles, al clero e incluso la moral religiosa.

¿Cuándo llegó a Venezuela?

El Carnaval en Venezuela se inició en los tiempos de la Colonia. Consistía en juegos rudos, cuya arma era agua, polvos y otras sustancias.

Además, se realizaban bailes callejeros en los que hombres y mujeres compartían gestos considerados amorales. En pleno siglo XVIII el obispo de Caracas, Diez Madroñero, convirtió el Carnaval en tres días de rezos, rosarios y procesiones.

Años más tarde el intendente José Abalos, devolvió su significado original y retomó el Carnaval, pero con elementos refinados.

La celebración del Carnaval en Venezuela se hizo tradición e, incluso, tuvo sus peculiaridades según los gobernantes del momento.

Para unos, la majestuosidad del tiempo de Guzmán Blanco, para otros la solemnidad y recato en tiempo de Juan Vicente Gómez, y para muchos son inolvidables los Carnavales de las década del cincuenta del siglo XX, durante el régimen de Pérez Jiménez.

Desfiles, bailes privados y las populares negritas, marcaron la modernización del Carnaval en nuestro país.

Hoy en día sigue siendo la fiesta popular y de calle más apreciada en Venezuela y el mundo por su colorido, alegría y posibilidad de ser por dos días un personaje fantástico.

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