El mandatario brasileño aprovechó su primera intervención frente a los líderes del Mercosur durante la LXII Cumbre de jefes de Estado que se realiza en Puerto Iguazú, Argentina, este 4 de julio para afirmar que en el bloque “no estamos interesados en acuerdos que nos condenen al eterno papel de exportadores de materias primas, minería y petróleo”.
El líder latinoamericano aseguró que su visión es que el bloque del Mercosur avance en acuerdos comerciales con Canadá, Corea del Sur y Singapur, mientras apunta a reforzar el comercio con otros países suramericanos.
«Socios estratégicos no negocian con desconfianza y amenazas de sanción», advirtió Lula, que asumió la presidencia del bloque suramericano conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, hasta el próximo diciembre.
El líder izquierdista criticó los anexos respecto a las normas ambientales que pide la Unión Europea y que son la principal traba para ratificar el acuerdo, firmado en 2019 y negociado por más de dos décadas.
Los puntos inconclusos del acuerdo
En marzo, la UE envió al Mercosur nuevos requisitos ambientales en busca de persuadir a las naciones europeas para que ratifiquen el acuerdo. “Esperamos con ansias su respuesta, porque es nuestra apertura para escucharlos, para escuchar dónde tenemos que mejorar”, manifestó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen durante su visita a Brasil en junio.
“Para que podamos, efectivamente, antes de fin de año, concluir el acuerdo del Mercosur”, agregó la líder.
Los Veintisiete exigen que ningún producto que llegue al viejo continente y que derive de este acuerdo contribuya a la deforestación del Amazonas, una exigencia que Lula tildó nuevamente de «inaceptable» y pidió a sus socios sudamericanos «una respuesta rápida y contundente».
Existen desacuerdos también respecto a las obligaciones de transparencia en las compras estatales, en donde los bloques intercambiarán información para respetar los intereses en el mercado europeo, así como los fondos para los sectores productivos, que aún no tienen un marco de aplicación.
“Es inadmisible renunciar al poder de compra del Estado», comentó Lula sobre el apartado de compras gubernamentales del acuerdo con el bloque comunitario.
“Nosotros queremos discutir el acuerdo, pero no queremos una imposición sobre nosotros. Es un acuerdo de compañeros, de socios estratégicos. Entonces no es que un socio estratégico vaya a colocar una espada en la cabeza de otro. Nos vamos a sentar, a dejar a un lado las diferencias y vamos a ver qué es bueno para los europeos y los latinoamericanos. Para Mercosur y para Brasil”, expresó el mandatario.
Lula da Silva prometió buscar una línea directa para cerrar el acuerdo, llamando al jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, que recién asumió la presidencia semestral del Consejo de la Unión Europea.
«Mañana hablaré por teléfono con Pedro Sánchez, que ahora asume la presidencia de la UE. Hablaré con él porque él cree que es importante seguir discutiendo y que España ayude a lograr este acuerdo», comentó Lula.
Lacalle Pou: “O avanzamos juntos o lo haremos unilateralmente”
Por su parte, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, mostró su preocupación por la falta de flexibilidad del Mercosur y abogó por abrirse al mundo de manera conjunta, aunque si no es posible, Uruguay buscaría acuerdo de forma independiente.
«Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Nosotros vamos a insistir llevando el cántaro porque no es caprichoso el planteamiento de Uruguay hacia dentro y fuera del Mercosur», comentó Lacalle Pou.
Según el mandatario uruguayo, en el bloque «no somos tontos, es mejor ir juntos», pero «el inmovilismo es lo que nos preocupa», señaló.
El presidente recordó su intención de iniciar diálogos con China para un acuerdo comercial conjunto, pero lamentó la falta de avances en esa dirección. «Si no podemos hacerlo de esa manera, lo vamos a hacer unilateralmente», agregó.
El acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur busca conectar a dos mercados con una población total de aproximadamente 800 millones de personas, que representan una cuarta parte del producto interno bruto mundial.
El acuerdo estimularía un comercio anual de bienes y servicios por valor de 100.000 millones de dólares, al eliminar aranceles aduaneros y facilitar el acceso de los exportadores agrícolas del Mercosur al mercado de la UE, así como el acceso de los fabricantes europeos a los países del Mercosur.
Con AP