Al menos 40 personas murieron y más de 130 resultaron heridas el domingo, 30 de julio, cuando un terrorista suicida hizo estallar explosivos en un mitin político en la provincia noroccidental paquistaní de Khyber Pakhtunkhwa, informó la policía local.
La explosión se presentó en el distrito de Bajaur, en la provincia norteña de Khyber Pakhtunkhwa, este domingo, hacia las 16: horas (11.00 GMT), durante una concurrida reunión del partido religioso Jamiat Ulema-i-Islam (JUI-F).
El partido conservador Jamiat Ulema Islam-Fazl (JUI-F) es conocido por sus vínculos con el islam político de línea dura, en la antigua zona tribal de Bajaur, fronteriza con Afganistán; y es un importante aliado del gobierno de coalición del primer ministro Shehbaz Sharif, que se prepara para las elecciones nacionales, que se celebrarán en noviembre.
El JUI-F organizó una convención de trabajadores en la ciudad de Khar, en Bajaur, en la que 40 personas perdieron la vida y más de 130 resultaron heridas», declaró para EFE, Aziz Khan, oficial de la comisaría de Policía de la localidad.
La explosión fue causada por una bomba suicida, aseguró el jefe de la policía provincial, Akhtar Hayat, a Reuters. Mientras la administración afgana condenó la explosión en una declaración de su portavoz, Zabihullah Mujahid.
Por el momento, el ataque no ha sido reivindicado por ningún grupo insurgente.
Se ha declarado el estado de emergencia en los hospitales de Bajaur y zonas colindantes, donde fueron trasladados la mayoría de los heridos, dijo el oficial de policía del distrito, Nazir Khan. Los heridos graves fueron trasladados desde Bajaur a hospitales de la capital provincial, Peshawar, en helicópteros militares.
Antecedentes de la situación violenta
Pakistán experimentó un aumento de la violencia armada desde la llegada al poder de los talibanes afganos, en Kabul, en agosto de 2021, que reactivó los ataques de sus hermanos ideológicos paquistaníes, especialmente en las provincias fronterizas con Afganistán de Khyber Pakhtunkhwa y Baluchistán.
A finales de 2022, el principal grupo paquistaní, el Tehreek-e-Taliban Pakistán (TTP), anunció el fin del alto un fuego alcanzado con Islamabad, al que acusó de incumplir sus compromisos en unas negociaciones de paz. La mayoría de los atentados recientes se han dirigido contra fuerzas de seguridad e instalaciones, y no contra concentraciones políticas.
El TTP no es el único grupo militante que lleva a cabo atentados en la zona, que también ha sido golpeada por una sección local del Estado Islámico.
El país ha sido testigo de 271 ataques de militantes armados durante la primera mitad del año, en los que 389 personas fallecieron y otras 656 resultaron heridas, según un informe publicado a principios de julio por el Instituto de Estudios de Seguridad y Conflictos de Pakistán. Un incremento significativo de las cifras en comparación al mismo periodo de 2022, cuando Pakistán sufrió 151 ataques que causaron 293 muertos y 487 heridos.
Con EFE y Reuters