Venezuela es el único país de América Latina que no cuenta con la certificación de fiebre aftosa (fiebre y ampollas en boca, nariz, pezones y patas de animales de doble pezuña).
En el país tendrían que cumplir con una serie de fases que, de acuerdo con Rodrigo Agudo (director del Instituto Venezolano de la Leche y la Carne) son potestad del Estado y no de los productores. Tmabién debe garantizar la eliminación del endemismo; realizar muestreos periódicos y la última fase que consiste en la integración con países vecinos. De esa forma, la Organización Mundial de Sanidad Animal podría emitir la certificación
El papel del Estado ante la fiebre aftosa
Es responsabilidad de los gremios exigirle al gobierno y ponerse a la disposición del gobierno para hacer ese catastro y censo, explicó Agudo, quien recalcó que el Estado debe generar la infraestructura para hacer los exámenes necesarios. Y, además, recordó que el Ministerio de Agricultura debe realizar los censos de cabeza de ganado, además de definir cuántos hatos o haciendas se dedican a este rubro en el país.
El ministerio se ha puesto a hacer cosas que no sabe hacer. El gobierno no sabe ser ganadero, no sabe ser empresario, no sabe ser comerciante. El gran problema de los últimos 20 años es que el gobierno se puso a hacer lo que no sabe hacer y dejó de hacer lo que debe hacer: garantizar los servicios para la actividad económica, generación de empleo; garantizar los servicios y la infraestructura», dijo Agudo.
Por ello, Venezuela, según lo explicado por el director del Instituto Venezolano de la Leche y la Carne, exporta productos a países como Irán e Irak, pues «ellos no se preocupan por la sanidad animal», indicó.
Mientras nosotros no reconozcamos de la situación, como dice las Naciones Unidas, de emergencia humanitaria compleja que vivimos en términos de salud y en términos de la economía, y no lo digo yo, cito al ministro de Agricultura; y mientras el discurso sea que lo primero es lo político y después lo económico, nunca vas a poder realizar el trabajo técnico que necesitas para garantizar ante el mundo que tú tienes condiciones de salubridad humanas y animal», denunció.
En Venezuela 85% de la leche producida es informal y 50% de esa informalidad es queso artesanal y el otro es el queso rural. Asimismo, indicó que 82% de los 135.000 ganaderos son pequeños productores y, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura, 70% de ellos no cuentan con estudios básicos.
«Entonces, tú no le puedes pedir a un ganadero que no tiene apoyo en términos de educación, en términos de orientación, que tiene que tener responsabilidad sanitaria sobre sus animales si está intentando sobrevivir», añadió.
Sin embargo, resaltó un aspecto positivo en cuanto a la ganadería y la producción de leche en Venezuela: «Nosotros tenemos un activo, un know how y un conocimiento que durante 40 años hemos desarrollado una lechería en un clima tropical». También que el país tiene un gran potencial para el desarrollo agroalimentario, incluso cuando 90% del territorio se ubica por debajo de los 1.000 metros de altitud.
Finalmente, con respecto a la carne, los precios se ubican entre los 12 y 13 dólares de acuerdo con el corte. Además, Agudo puntualizó que al año el venezolano consume 11 kilogramos de carne; anteriormente la cantidad era de 17 kilos. Sin embargo, este descenso se debe a los altos costos de producción, unos que son inferiores, por ejemplo, a los del sector avícola.