Acarigua.- Haciendo sus maletas para salir desde Teherán hacia Turquía, como parte de su trabajo periodístico en Irán, Juan Carlos Rozo rememoró sus años estudiantiles en la Universidad Fermín Toro y sus inicios en Portuguesa Televisión (2009), donde fue ancla y redactor del noticiero.
Llegó muy joven desde San Cristóbal a Acarigua. Aquí aún vive su familia y aunque lo llaman “el Gocho” y su acento lo delata, afirma que es “llanero por adopción, me encanta el llano, el campo, el olor a tierra y los animales en la sabana».
Cuando el canal local le quedó pequeño, saltó a Telesur como pasante redactor, 4 meses después pasó a ser productor del noticiero y luego de ganar el casting se posicionó como el ancla del espacio estelar, desde 2013 hasta de 2019.
«Fue una experiencia tecnológica espectacular. Aprendí a redactar en caliente, a producir en vivo, a transmitir en medio de desastres naturales, visitas papales, elecciones, a resolver en el control de estudios y hacer cobertura desde el plató, en vivo, eso me encantó«, expresa.
Pero Rozo quería más. Renunció y se quedó en Caracas como corresponsal de medios internacionales como Milenium, Multimedios Televisión de México, unos canales ecuatorianos y unas emisoras paraguayas.
Paralelamente, es contratado por Globovisión, para narrar las noticias internacionales, su fuerte -dijo- desde el 2019 hasta diciembre del 2021.
Para esa época ya había comenzado a negociar su contrato en Irán, cuando en 2020 ocurre la muerte de Qasem Soleimani, suspenden la entrada a Irán, además, la pandemia, el vencimiento de la Visa y el pasaporte, retrasaron sus planes hasta el 2021.
Su viaje al otro lado del mundo fue un gran cambio y nos relata un poco sobre este interesante país.
La cultura iraní es persa, su religión es el Islam shií y en una teocracia hay muchas restricciones, por ejemplo, a las diversiones y las relaciones de pareja. La comida tan condimentada ha sido un problema y como buen andino sufre en primavera y verano mientras disfruta del frío en otoño e invierno.
«Los iraníes son muy amables, sobre todo con los extranjeros, te ayudan aunque sea con señas. En Irán se habla farsí o persa, por fortuna las nuevas generaciones se han obligado a aprender inglés y eso me ha salvado; voy conviviendo», señala.
Trabaja para un canal que tiene señal internacional y transmite en farsí, árabe e inglés y también hacia los países africanos. Allí, Rozo presenta a través de la señal en español varios espacios como el que está dirigido a los latinos, llamado «Buen día América Latina». Son noticias sobre cómo amanece la región, con entrevistas y análisis, aparte de los noticieros.
Su fuente desde siempre ha sido la de política y economía internacional, y aunque allí la libertad de expresión está limitada a la fuente oficial, le han recibido muy bien. Este país le encanta, a pesar de las restricciones y el sesgo religioso.
«Es una cultura muy curiosa. Indagan siempre en la vida privada de los otros», nos cuenta. Les extraña su acento, muchos no saben donde queda Venezuela, pero como les encanta y saben de fútbol, los países latinos más conocidos son aquellos que han ido al mundial.
Su amor está en Venezuela
«Alejarse de tu país es una experiencia dura”, dice evocando a su familia, “pero a quien más extraño es a mi perra, Mora», una rottweiller que lo acompañó siempre.
«En todos los momentos álgidos está mi abuela, que murió hace muchos años y es el ángel que siempre está conmigo«, agrega sentimental.
Triunfar lejos de tu país siempre es difícil, hacerlo en un país musulmán debe serlo mucho más, pero a este joven periodista no lo intimidan los retos. Ha sabido lo que quiere y lo ha buscado en una fuente que le abre las puertas del mundo.
Juan Carlos, seguirá tomando vuelos, cruzando fronteras, aprendiendo otros idiomas, mirando hacia el infinito y buscando la cumbre. Desde aquí, le aplaudiremos.
Talento y juventud le sobran para lograr todo lo que se proponga. (CNP: 16.100)