La carrera por la Presidencia en Argentina está por llegar a su fin. Este 19 de noviembre los argentinos decidirán en un balotaje a su próximo jefe de Estado para los siguientes cuatro años. La contienda electoral estuvo enmarcada por discusiones sobre el futuro de la economía del país –que está en crisis desde hace más de una década– y lo que hará el próximo presidente para darle tranquilidad al bolsillo de sus votantes.
Argentina es uno de los mayores proveedores de alimentos del mundo, con grandes exportaciones de soja, maíz, trigo y carne vacuna. Al mismo tiempo, posee una de las mayores reservas de litio para vehículos eléctricos y un gran potencial de gas y petróleo.
Con todo y eso, el país vive ahora en una crisis recurrente tras haber tenido una de las mejores economías de América Latina en el pasado. Ahora, el país del Cono Sur tiene una inflación interanual de casi el 143%, es el mayor deudor del Fondo Monetario Internacional (FMI), con un crédito de 44.000 millones de dólares, y el porcentaje de población en condición de pobreza es del 40%.
Tras una primera vuelta, el pasado 22 de octubre, los dos candidatos que se disputan la Presidencia son el peronista y actual ministro de Economía, Sergio Massa, quien obtuvo un 37 % de los votos, y Javier Milei, que convenció al 30% de los votantes y es el aspirante más controversial.
Sin importar el ganador, la población urge por una solución a la crisis económica, que tiene al peso argentino en caída libre.
¿Qué trajo a la economía argentina a esta crisis?
El déficit fiscal es uno de los mayores problemas para la economía del país. Esto ocurre cuando un país gasta más dinero en su funcionamiento del que ingresa por impuestos y otros rubros. Según cálculos del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba –con información del Ministerio de Economía– el país ha tenido déficit en 13 de los últimos 16 años.
No obstante, otro problema para Argentina ha sido la impresión de billetes por parte del Banco Central para hacer frente a la falta de liquidez. Sin embargo, esa respuesta ha traído más problemas: aumento en la inflación y devaluación de la moneda local; lo que complejiza el pago de las deudas en el extranjero, como la que tiene actualmente con el FMI.
Un inconveniente más es la falta de continuidad de las políticas económicas entre gobiernos. Durante los últimos años, los jefes de Estado no han seguido la ruta económica diseñada para el país por cada antecesor. Esa inestabilidad se traduce en la falta de confianza de inversores internacionales en el mercado argentino. A su vez, el país ha incumplido el pago de su deuda con actores como el FMI, lo que desencadenó una falta de confianza del sector prestamista internacional y que a Argentina le cierren la puerta cada vez más entidades financieras.
Aunque la nación se perfilaba como una potencia económica a escala mundial, eso no ocurrió porque el país nunca dio por completo el salto de la industria agraria a la de bienes y servicios. Las exportaciones de materias primas, como las antes mencionadas, representan casi el 40% del total de las exportaciones del país, según la Bolsa de Comercio de Rosario.
¿Qué proponen los candidatos?
El polémico candidato de extrema derecha Javier Milei ha propuesto bajar drásticamente el gasto público, reducir los impuestos, simplificar el sistema tributario del país, permitir la privatización de empresas para retirarlas de las manos del Estado, abrir la economía y cerrar el Banco Central, para, según él, detener la emisión monetaria y la inflación.
Además, ha respaldado la venta de órganos, una propuesta que, a su juicio, puede constituir un “mercado más”.
Y no se puede hablar del candidato Milei sin mencionar la dolarización, su propuesta más ambiciosa, pero que genera muchas dudas. En América Latina, los únicos países que han tomado ese camino han sido Ecuador y El Salvador, mientras que Panamá utiliza tanto su moneda nacional (para transacciones menores) como el dólar (para grandes movimientos económicos).
Jorge González Izquierdo, profesor emérito en Economía de la Universidad del Pacífico de Perú, considera que para dolarizar una economía, un país debe “comprar toda la moneda que esté en circulación y entregar dólares”. Para que eso sea posible, “es fundamental que un país tenga la espalda bien ancha en reservas internacionales”, según González. Así pues, el dólar como moneda nacional de Argentina podría ser un arma de doble filo.
Por su parte, el peronista Sergio Massa, actual ministro de Economía del país, propone la implementación de una moneda digital en el país, aumentar la condena a delitos tributarios, reducir los impuestos a las pequeñas y medianas empresas e impulsar las exportaciones del país. A su vez, considera que Argentina debe “vender energía al mundo” para fortalecer su economía.
Un asunto pendiente
Los candidatos argentinos tienen un enigma por resolver: ¿qué hacer con los subsidios energéticos estatales que rondan los 12.000 millones de dólares? Esta medida mantiene para dos tercios de la población los precios del consumo de energía al mínimo.
Los subsidios mantienen las facturas energéticas por debajo del 15% del precio normal, y su futuro jugará un papel fundamental en las elecciones de este domingo.
Milei ha dicho que recortará todos los subsidios, aunque reconoce que debía hacerlo lentamente. En contraste, Massa asegura que mantendrá los precios bajos en la facturación energética, a pesar de que necesita recortar el gasto del Estado para cumplir uno de sus objetivos más ambiciosos debido a la crisis económica del país: eliminar el enorme déficit fiscal.
Según el último sondeo del Banco Central, la inflación se encamina hacia el 185% para finales de este año, lo que desde ya ha desatado el descontento y enfado en las calles por el constante aumento de los precios. Así las cosas, los subsidios se presentan como un aliciente.
Sin embargo, este país de 45 millones de habitantes aún tiene un gran déficit fiscal, lo que obliga a poner orden en las finanzas a quien tome posesión de la Presidencia Según el último sondeo del Banco Central, la inflación se encamina hacia el 185% para finales de este año, lo que desde ya ha desatado el descontento y enfado en las calles por el constante aumento de los precios. Así las cosas, los subsidios se presentan como un aliciente.
Sin embargo, este país de 45 millones de habitantes aún tiene un gran déficit fiscal, lo que obliga a poner orden en las finanzas a quien tome posesión de la Presidencia el próximo 10 de diciembre.
Con Reuters, AFP y medios locales