«Estas reformas, de las cuales solo he mencionado 30 de las más de 300 incluidas, son algunas de las que están contempladas en el decreto», anunció el mandatario argentino, Javier Milei, el miércoles 20 de diciembre en una alocución transmitida por cadena de radio y televisión.
«El objetivo es comenzar el camino de reconstrucción del país, devolverle la libertad y autonomía a los individuos y empezar a desarmar la enorme cantidad de regulaciones que han detenido, entorpecido e impedido el crecimiento económico en nuestro país», añadió el mandatario, rodeado de su gabinete de ministros.
Las derogaciones incluyen la normativa que impide la privatización de las empresas del Estado, como por ejemplo la petrolera YPF o Aerolíneas Argentinas.
También se reformará el sistema de atención en medicina privada.
Entre las tantas medidas, se contempla la modificación de la ley de sociedades para que los clubes de fútbol puedan convertirse en sociedades anónimas, y se desregulan los servicios de internet satelital para permitir el ingreso de empresas como Starlink, de Elon Musk.
«Durante los últimos cien años los políticos se han ocupado de expandir el poder del Estado en detrimento de los argentinos de bien. Nuestro país, que en los años 1920 era la primera potencia mundial, a lo largo de los últimos cien años se ha enfrascado en una serie de crisis que tienen todas el mismo origen: el déficit fiscal», justificó el mandatario en su discurso.
Cacerolazos y protesta
Argentina se encuentra en una grave crisis económica, con una inflación interanual de más de 160% y una tasa de pobreza que supera 40%.
Milei, que asumió la presidencia el pasado 10 de diciembre, ya había presentado un amplio plan de austeridad la semana pasada, que incluye la eliminación de subsidios al transporte y a las tarifas de los servicios públicos y paraliza la construcción de obras de infraestructura financiada por el Estado.
El objetivo es recortar el gasto público en el equivalente a 5% del producto interno bruto. También se devaluó en más de un 50% la moneda.
En diversos barrios de Buenos Aires los anuncios de este miércoles fueron recibidos con cacerolazos de protesta.
Con el paso de las horas, miles de personas se volcaron de manera espontánea a las calles cerca del Congreso para expresar su rechazo.
«Estoy acá porque estoy aterrado por el decreto. He venido para poner un freno, para que la calle marque el pulso», dijo Nicolás Waiselbaum, un docente de 48 años.
Leopoldo Maldonado, un estudiante de 25 años, opinó que «las medidas son muy negativas». «Me preocupa sobre todo lo de la ley alquileres y la reforma laboral. Es muy complicado ya para los jóvenes conseguir un trabajo estable, y si esto sucede a diez días» de asumir, se lamentó.
Más temprano en la tarde, antes de la alocución presidencial, movimientos sociales de izquierda realizaron su primera manifestación en contra del gobierno, bajo un enorme despliegue de las fuerzas de seguridad.
Pese a que marcharon de forma pacífica, muchos incumplieron las medidas establecidas por el nuevo Gobierno, que prohíben cortar el tránsito. «Esto es una dictadura militar», declaró Eduardo Belliboni, líder del Polo Obrero, la principal organización convocante de la marcha del miércoles.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el propio presidente Milei advirtieron que quien ocupara la vía pública o cortara carreteras dejaría de recibir los planes de ayuda social para los más desfavorecidos.
Por decreto
«Este mensaje no sorprende porque no es nada que no haya dicho Milei que iba a hacer durante la campaña. Pero sí sorprende que la medida sea tomada de esta manera, con un decreto de necesidad de urgencia», comentó la politóloga Lara Goyburu.
«Creo que la esperanza de muchos de sus votantes era que las instituciones argentinas frenaran estas cosas. Y hoy quizás se estén encontrando con que todo aquello que se prometió sí se va a hacer», añadió.
Solamente quedaría invalidado si es rechazado por la Cámara de Diputados y también por el Senado, explicó el abogado constitucionalista Emiliano Vitaliani.
El partido de extrema derecha de Milei, La Libertad Avanza, cuenta apenas con 40 de las 257 bancas de la Cámara de Diputados y apenas siete de los 72 asientos del Senado.
La coalición de centroderecha Juntos por el Cambio, parcialmente aliada de Milei, tiene 81 diputados y 24 senadores.
Hay además 26 diputados y ocho senadores disidentes del peronismo o pertenecientes a partidos provinciales.
El peronismo, en la oposición, es la primera minoría en ambas cámaras, con 105 diputados y 33 senadores. La izquierda cuenta con cinco diputados.
El paquete de «urgencia» económica
El anuncio de Milei se produce una semana después de que se informara de la implementación de un “paquete de urgencia” económica, que contempla una fuerte devaluación del peso (del 50 %), recorte a los subsidios de servicios y transporte y un apretado ajuste fiscal, para “neutralizar la crisis y lograr estabilizar las variables económicas de Argentina”, según el ministro Luis Caputo.
«Hoy el Estado sostiene artificialmente precios bajísimos en tarifas energéticas y de transporte a través de subsidios. La política siempre lo ha hecho porque de esa forma engaña a la gente, haciéndole creer que le ponen plata en el bolsillo. Pero los argentinos ya se habrán dado cuenta de que estos subsidios no son gratis, sino que se pagan con inflación”, explicó Caputo, el pasado 13 de diciembre, tres días después de la investidura de Milei como presidente del país.
Ese plan pone la mira en una importante reducción del gasto del Estado, con el objetivo de lograr un equilibrio fiscal y cortar de raíz la emisión monetaria por parte del Banco Central.
Además de la devaluación y la reducción de los subsidios, el paquete también incluye proyectos para no renovar contratos laborales menores a un año en el Estado, la suspensión de la publicidad oficial en los medios de comunicación y el recorte de licitaciones de obras públicas.
Con AFP y EFE