Acarigua.- Esta última entrega de Nuestra Gente 2023, es un orgullo y un compromiso que nos llena de emoción. Quisimos cerrar esta etapa con un amigo muy especial para el equipo, porque su apoyo y experiencia han sido fundamentales en nuestro proyecto, y porque ha sido uno de sus años profesionales más fructíferos, al punto de que viajó a Bruselas a recibir un premio.
José Augusto Linárez Ferrer, en su adolescencia, creó el periódico estudiantil «The Hilarion Post», interesándose en el periodismo y la política, aunque su gran pasión siempre fue -y sigue siendo- la tecnología. Nace, entonces Conexión Sin Fronter@s de José Augusto Linárez Ferrer (CSF) y más tarde Informatik, C.A., que dio paso a Corporación Eureka, la empresa que lo ha catapultado como uno de los ñproveedores de software de Latinoamérica.
Como presidente de la Asociación Venezolana de Agrotecnología, también inició recientemente un nuevo centro de innovación, en Caracas, donde él y su equipo se están dedicando al desarrollo del Ecosistema Digital del Agro (Agroo).
Su dedicación ha sido integral, valiosa y reconocida por lo que, a sus apenas 42 años (cumplidos ayer 30 de diciembre), es un empresario estable que se proyecta internacionalmente con mucha fuerza y convicción. Pero entre todas sus cualidades, la más resaltante es la de ser un excelente hijo y casi un papá para sus hermanas.
«Para mí es un gran premio haber sido nominado entre más de 585 empresas de toda Latinoamérica y estar entre los primeros 4. El premio 2023 se lo llevaron nuestros amigos de Vauxoo de México, pero en 2024 esperamos ganarles. Es muy apasionante la contribución que hacemos como comunidad y haber estado en esa gala en Bruselas, Bélgica, ha sido un honor. El mayor orgullo es representar dignamente a Portuguesa y a Venezuela ante un universo de más de 2.300 partners de 175 países del mundo», indicó.
Como CEO de Corporación Eureka, dirige a un grupo de más de 60 colaboradores, inspirándoles para que en este sueño compartido, lleven la tecnología a todos los rincones, con el objetivo de hacer de este mundo, un lugar mejor.
Actualmente, Corporación Eureka, hoy consolidada como una de las mejores de Venezuela, va rumbo a los 22 años.
Un niño privilegiado
«Tuve una infancia maravillosa, porque ser hijo único tenía sus ventajas. Mis padres (mi madre sobre todo) y mi abuela materna se encargaron de darme un buen ambiente para crecer. Me la pasaba en la casa de mi abuela Esperanza con un grupo grande de amigos (que aún lo siguen siendo), la casa de mis abuelos paternos (en La Goajira) con muchísimos primos y amigos, o donde mis tíos Jaime y Ana en Araure con mi primo Jaimito (sí, como el del cuento). Fue única», relató.
Estudió primero y segundo grado en una pequeña escuela llamada Madre Emilia, en Araure. Luego el resto de su primaria en el Colegio Nuestra Señora del Pilar, donde cultivó su conexión con la iglesia católica, cientos de amigos y muchas novias, dijo con humor.
La vocación
José Augusto siempre supo que la tecnología iba a estar en su vida, porque desde muy joven desarmaba cosas que luego armaba y le sobraban piezas, pero igual funcionaban.
Al salir de bachillerato, consideró tres opciones: informática, periodismo -inspirado por su compadre y hermano Gabriel Zerpa y porque le gustaba escribir- e ingeniería civil, como su primo hermano Antonio José. «Siempre soñé con construir una casa fabulosa para mi mamá, pero la tecnología era mi top 1».
Comenzó en el IUTEP, saliendo de bachillerato donde llegó hasta el 5to semestre, pero por su obsesiva dedicación a la empresa no culminó. Reinició en la Universidad Politécnica Territorial del Estado Portuguesa, donde se graduó de ingeniero en 2012.
«Tuve un amor a primera vista con mi primer computador, por allá como en 1993. Fue algo indescriptible, aquel Pentium I de 66MHz blanco y pesado fue algo muy impresionante para mí. Esa pasión me condujo a querer aprender todo lo que podía acerca de ese aparato hasta técnicamente hacerme muy bueno reparándolo, contando con el apoyo de mi papá que me compraba cuanta revista de tecnología o curso había, sin importar cuantas veces le dañaba la computadora, pues siempre me daba otra oportunidad; eso sí, dándome una lección», relató.
-Mi papá por naturaleza es ahorrador (por no citar otro termino) gracias a eso, solo la primera vez que la dañé, pagó una reparación (como el 50 % de lo que costó el computador). Ya cuando lo volví a hacer, me dijo: «Bueno hijo, vas a tener que repararla tú mismo porque yo no voy a pagar más». Si mi papá no hubiera hecho eso, quizás en este momento mi vida fuera otra, explicó.
Tal vez periodista porque dice que le encantó ser el editor de «The Hilarion Post» que creó junto a grandes amigos. «Es apasionante ver que tu mensaje puede ser masivo y positivo a través de los medios. Son ustedes una especie de gente distinta, es una vocación muy bonita», dijo, refiriéndose a los comunicadores. También le gusta la política, creció entre copeyanos y es admirador de su tía Zenaida, «una gran política que siempre supo hacia donde ir».
Iniciando el vuelo
«Conexión Sin Fronter@s fue mi primera empresa oficial, una firma personal desde la que inicié mis andadas en este mundo empresarial el 25 de febrero de 2002. Inició como un proyecto para ser un Cibercafé, que no se pudo dar por tener que invertir el dinero que me dio mi madre para que empezará mi sueño, en una hospitalización de mi amada abuela Esperanza. Luego sí pude adquirir los primeros activos que me permitieron ofrecer mis servicios de soporte técnico, suministro de equipos, diseño y desarrollo web, y mucho más», contó.
Comenzó formalmente en las instalaciones de la línea de taxi que tenía su mamá, Taxi Sin Fronter@s. Ella, como siempre, le tendió la mano y asignó un pequeño espacio con un escritorio, computadora y algunas herramientas.
En el 2003 funda Informatik, C.A., en una sociedad fallida y en seguida nace Corporación Eureka en 2005, en un pequeño local de la Av. 5 de diciembre, en las instalaciones de un cibercafé propiedad de su mamá, en la que el 30 % del espacio era suyo y desde el que atendía a empresas cada vez más grandes.
Así nace su relación con Técnicos Agroindustriales (TACA), propiedad de su amigo y socio, José Francisco Pérez y su familia. Luego con empresas como Agroindustrias El Intento (AGI), Proavenca -de su mentor Néstor Méndez- y muchas otras.
«El nombre Eureka la tomamos en honor a mi abuelo materno, Salvador Ferrer, de origen español, que decía muchísimo la palabra, me cuenta mi mamá. Mi abuelo era una persona muy inteligente, gran lector, pienso que heredé de él muchos rasgos de su personalidad», expresó.
El hijo
Su madre lo define como un muchacho tranquilo, muy inteligente, de personalidad definida, muy trabajador, excelente hijo, padre y hermano.
La admiración y la complicidad es mutua. «Mi mamá, es única. Ella fue excelente hija, como ninguna, y la mejor madre ¿de qué otra forma iba a salir yo? Creo que mi personalidad esta definida por algo que intento siempre comunicar a mis hijos, a mis seres queridos, a mis colaboradores: la justicia, me gusta pensar que soy justo. Por otro lado, soy un carajo obstinadamente persistente, que no se rinde ante nada y que cree firmemente que las limitaciones nos las ponemos nosotros, en nuestra mente».
En ese contexto ha crecido con paso seguro hacia el éxito, palabra que él desestima, diciendo que con ella «se intenta encasillar» determinadas situaciones de la vida de alguien.
«En el área en la que decidí desenvolverme, es muy importante entender que lo que sabes es una gota, lo que desconoces es un océano. Me gusta, eso sí, pensar que el camino que llevo es el que siempre he querido, que no he hecho nada por hacerlo o porque me tocaba. Quizás esa es la medida del éxito para mí».
El empresario
Toda empresa local o nacional va en su desarrollo tecnológico a la velocidad determinada por los retos a los que, como empresa, se proponga, aseguró.
«En el mundo globalizado de hoy, siento que ya esa separación de las grandes capitales versus las ciudades del interior, es cada vez menor, lo que hay es que creerse la película y salir a competir. Te aseguro que cada región tiene con qué».
Creciendo
En Colombia tienen una pequeña unidad de negocio que fundó en 2018 y que hizo que CorpoEureka sea lo que es hoy, una empresa dedicada 100 % al software. La actividad, aunque reducida, les permite contar con gente super valiosa que colabora activamente en sus proyectos donde quiera que se ejecuten.
En Caracas han decidido crear Ecosistema Digital del Agro, Agroo. «Hemos escogido Caracas porque obviamente es el corazón del país y por su alta concentración de gremios. Éste es el proyecto por el que estamos dedicados en cuerpo y alma para transformar nuestro país y contribuir en la disminución de los costos de los alimentos y sus derivados (que son parte del corazón del ecosistema) y de profesionales de alto nivel. Estar en Caracas, además, nos permite abstraernos un poco del agitado día a día de CorpoEureka».
En la vida, Linárez cree que la confianza y la comunicación franca, sin rodeos, es vital. Por otro lado, el compromiso con cualquier cosa que te propongas -indicó- hace la diferencia.
Trabajo Vs familia
«En este aspecto tengo grandes deudas. Me he dedicado mayormente a trabajar intensamente y he descuidado un poco aspectos como la familia. Siento que debo y puedo dedicarme un poco más a mis seres queridos y a mis grandes amigos. Debo seguir mejorando, estoy joven aún y voy a lograr revertir estos aspectos», afirmó.
Planes y proyectos
«El límite es el cielo. Por ahora, hacer que Agroo se consolide como el super mega proyecto de impacto que logrará ser y que CorpoEureka se siga consolidando como la empresa de software #1 del país, expandirnos a la Latinoamérica en el mediano plazo. Contribuir desde la AVAT (Asociación Venezolana de Agrotecnología), que tengo el honor de presidir, a que nuestro mundo agro sea más eficiente, más productivo y que nuestros productos sean exportados, porque son los mejores», destacó. (CNP 16.100)