Acarigua- Después de mucho tiempo de ausencia el chef acarigüeño Juan Francisco Arias se tomó un año para reencontrarse con la tierra que lo vió nacer y donde dio inicio a su pasión por la cocina.
Se fue en 2011 a México, contratado por el club de tenis La Quinta Racquet Club, en Sonora, escogido entre 18 cocineros experimentados de Latinoamérica, cuando aún era gerente de alimentos y bebidas del Magnum City Club, en Caracas.
Revisaron sus publicaciones en Facebook, su currículum, y tras un año de conversaciones se fue a la ciudad de Navojoa, como asesor de la gerencia de alimentos y bebidas de este club de tenis.
En los últimos años se ha destacado en el área gerencial y también como profesor en las universidades que tienen la carrera de Licenciatura en Gastronomía.
«Solo tres países del mundo están honradas por las Unesco con la certificación como Patrimonio Gastronómico Universal, Francia, Japón y México. La variedad de la comida mexicana es increible. Cada 30 Km, cambia. Aprovechan al 100 por ciento sus alimentos regionales», explicó durante una plática con Portuguesa Reporta.
Sonora es uno de los estados norteños de gran tradición, -dijo- y uno de los más grandes. Su gente es muy amable y colaboradora.
Los mexicanos han traspasado las fronteras del mundo con sus platos, a diferencia de nosotros. Pero en algunos de los restaurantes donde ha trabajado, Juan Francisco ha dejado en el menú la arepa, que muchos de los mexicanos no conocían, y les encanta sobre todo frita, según señaló.
Aunque en ambos países se consume la harina de maíz, la mexicana es nixtamalizada, por eso cambia la textura y el sabor. Y culturalmente los nombres originales no son apropiados, por lo que no se llaman ni «Reina Pepeada» ni «Pelúas», sino simplemente arepas venezolanas.
En 2018, en la ciudad de Guaymas, asistió al 17° Festival del Camarón, compitiendo junto a otros 14 participantes. Con una arepa rellena obtuvo una placa, por ser el primer premio.
«Fue muy satisfactorio ver las colas para probar nuestro plato venezolano más conocido ahora en todo el mundo. Cuando uno sale de Venezuela la primera actividad que se nos ocurre es la comida, de allí el éxito», indicó.
Señaló que otro de los platos que impacta es el Asado Negro, porque no se imaginaban que con el «gusano», para nosotros muchacho redondo, se prepare tal exquisitez, y comparan la salsa hecha con papelón, con su mole.
Profeta allá y aquí
Arias ha sido reconocido por la Universidad Tecnológica de Puerto Peñasco, la Universidad de Navojoa, Universidad Estatal de Sonora y la Camara de Comercio y Turismo de Guaymas tanto como ponente, orador de orden, como maestro y asesor de gastronomía.
Los más importante, por la alta calificación, son las certificaciónes como miembro y Master Chef por la Asociación Culinaria de México, avalado por la Secretaría de Educación y por la Academia Nacional de Cocina francesa, lo que le permite dar clases a nivel superior.
«La experiencia de dar clases me encanta, profundizo en la historia y las bases, adaptandome a otras culturas. Para ellos también ha sido muy agradable, hay mucha retroalimentación. En 10 años que tengo en México nunca me han hecho sentir extranjero», afirmó.
Durante su estancia en Acarigua, asesora el Restaurant «El Drago», y dentro de poco irá a Caracas a certificar, en nombre de la Asociación Culinaria de México, a un grupo de chef venezolanos, pero es solo temporal, porque ya en noviembre 2022, regresa a México para abrir otro restaurante en Arizona.
En el último restaurante que gerenció, en Álamo, fusionó en el menú los sabores de España, Perú, México, Italia y sus dueños quedaron muy satisfechos con el resultado, nos cuenta.
Juan Francisco es exigente, metódico y describe su gastronomía como fusión. Trata de ensamblar los sabores de varios países en un solo plato para hacerlos más internacionales, sabores clásicos con los que cualquier comensal se indentifique.
Ha degustado, elaborado y compartido en México en taquerias, ferias, festivales, clubes y restaurantes. Él como cocinero solo tiene un objetivo y es que el cliente se vaya satisfecho para que regrese. (CNP 16.100).