«Los acuerdos de Barbados están heridos de muerte, los declaro en terapia intensiva. Ojalá podamos salvar esos Acuerdos de Barbados, y empujar grandes acuerdos nacionales, sin planes para asesinarme”, declaró Nicolás Maduro.
Así se refirió el presidente a los acuerdos conseguidos con la oposición en octubre del año pasado donde se establecieron algunas condiciones para lograr elecciones presidenciales democráticas en el país en 2024.
Maduro acusó a sus adversarios de «patear» los acuerdos, y afirmó que el jefe de la delegación opositora, Gerardo Blyde, estaba enterado de los supuestos complots al momento de firmar el documento en Barbados, pues se lo comunicaron al tener ya develada una de las conspiraciones.
Más temprano, el presidente de la Asamblea Nacional y jefe de la delegación del oficialismo en esas negociaciones, Jorge Rodríguez, dijo que en Venezuela habrá elecciones con o sin Acuerdo de Barbados, con o sin oposición, con o sin observadores internacionales.
Los acuerdos, en los que Estados Unidos fue protagonista, sirvieron además para presionar por un mecanismo para impugnar inhabilitaciones que impedirían postularse a dirigentes como María Corina Machado, quien arrasó en las primarias de la principal alianza opositora.
«No hay forma de que esta mujer sea candidata a nada en ninguna elección», advirtió Rodríguez, que a su vez dijo que Maduro buscará la reelección, pese a que el gobernante socialista dijo a principios de año que era «prematuro» confirmar su candidatura.
«Tienen que aceptar que yo no estoy inhabilitada y que voy a ser la candidata. ¿Que no les gusta? Sin duda», apuntó el miércoles Machado en una entrevista con CNN En Español.
Las palabras de Maduro se dieron luego de que el Ministerio de la Defensa emitiera un comunicado informando que 33 militares activos, incluyendo un general, dos coroneles, seis tenientes coroneles y varios capitanes, fueron degradados y expulsados de la Fuerza Armada por estar presuntamente involucrados en actividades conspirativas, “criminales y terroristas”.
La expulsión ocurrió en un acto frente al ministro Vladimir Padrino y el Alto Mando Militar, por instrucción de Nicolás Maduro.
La activista Tamara Sujú dijo desde el extranjero que los oficiales repudiados fueron maltratados a la vista de los presentes. Sujú es una de las acusadas por estar supuestamente involucrada en una conspiración, junto a una periodista y otros civiles exiliados o detenidos dentro del país, que han rechazado los señalamientos.
RFI y AFP