Guanare.- La promoción cultural es, en una sociedad, tan importante como la cultura misma. En Portuguesa somos privilegiados, porque si algo nos enorgullece es la diversidad artística. Aquí tenemos de todo. Grandes y talentosos músicos, bailarines, escritores, actores y directores de teatro y cine que suben al escenario, brillan y cuyos nombres sobresalen en cada actuación, dentro y fuera de nuestro país.
Pero hay un talento tan importante como aquel y que está detrás del espectáculo, poco visible para la mayoría, generando las ideas, planificando, organizando, haciendo los contactos claves, ganando adeptos y contrarios, engranando todo el equipo e impulsando a un artista o género artístico y dirigiendo instituciones; el responsable de que todo marche bien.
Y es aquí donde encaja nuestra homenajeada de hoy, la Dra. Grisette Coromoto de Los Ángeles La Riva Rodríguez, ligada a la música y la cultura llanera desde la infancia, a través de su padre, el compositor guanariteño José La Riva Contreras y a la gastronomía autóctona, por herencia de su madre, Evelia Rodríguez.
Además de impulsora de muchos eventos de tipo social, fue directora de Cultura y Turismo de la Alcaldía de Guanare, presidenta del Festival Nacional de la Canción Popular a la Virgen de Coromoto, que acompañaba la Orquesta Sinfónica de los Llanos y para quien trajo un jurado de artistas nacionales que presidió el gran tenor, Carlos Almenar Otero.
Es médico cirujano egresada de la Universidad de Los Andes (ULA), especialista en Salud Pública (UC), Administración de Hospitales y Medicina Legal, área donde ha acumulado 35 años como médico forense en el Cicpc.
Fue también directora regional de Salud y del Hospital Universitario «Dr. Miguel Oráa», y médico ocupacional representante de la junta directiva para la evaluación de los trabajadores de la salud, cargo que aún ocupa.
Fue activista política durante décadas, involucrada siempre con la intención de desarrollar la ciudad capital y el estado. Por si fuera poco, es una cocinera extraordinaria, que disfruta crear, invitar y comer, experiencia que puso a la disposición de todos al escribir dos libros:, «El fogón guanareño» y «El Maíz: 50 formas de saborearlo».
Actualmente, forma parte de la directiva del Museo «Inés Mercedes Gómez Álvarez» de Guanare, una labor que lleva a cabo -dijo- «con mucho amor e intensidad, porque soy organizadora por excelencia y me queda bien lo que planifico, ya que nada que se haga con cariño puede salir mal y, además, busco y me rodeo de las personas que sé que también les gusta y lo hacen bien».
Magia creativa
Si hay un apellido asociado con la cultura guanareña, ese es La Riva. Hija del creador de «Pasillaneando», «Pedro Miguel», «La Cachama», «César Girón» y otros cientos de canciones interpretadas por María Teresa Chacín, Freddy Salcedo, Antonio Heredia, Simón Díaz, Reinaldo Armas, Claudia de Colombia y hasta Marco Antonio Muñiz.
Es la segunda de 5 hijos, la precede Yhanira y le sigue Marisela. Creció rodeada de la fama de su padre, de las voces y compositores reconocidos de varias épocas y de las de sus dos hermanos menores, Federico, y Evelita que siempre acapararon la atención, aunque ella discretamente las canta -se las sabe todas- y también toca cuatro, pero nunca en público, porque, confesó, tiene miedo escénico.
«Crecer en una familia musical fue muy hermoso, desde mi abuelo que tocaba cuatro y componía. Siempre lo recuerdo: ‘Arbolito te secaste / teniendo el agua en el pie / en el corazón, amores y en la ramazón, la fe’. Luego, mi papá era mágico, todo lo hacía poema y después canción», relató.
-Nos involucraba en todo lo que escribía, debíamos aprendérnoslo y comentarlo con él, mi mamá y todos mis hermanos. Nos reuníamos en casa, recitaba y tomaba su guitarra: primero lo «odiábamos», después lo aprendíamos y finalmente, lo cantábamos. Obtuvo muchos galardones con «Pasillaneando» y se llevaba para la casa a Freddy Salcedo -quien era siempre el primero que las cantaba magistralmente- al maestro Rómulo Legones y don Antonio Torrealba, afirmó.
«Mi papá fue un hombre muy humilde siempre, a pesar de que mi casa vivía, semanalmente, llena de amigos compositores y cantantes como María Teresa y Rosa Virginia, Nancy Ramos, Edgar Gurmeite, Lila Morillo, Héctor Cabrera, Mario Suárez, Pepo Burgos, Alfredo Atadia, ‘El Chueco’ Riera, Freddy Reina, Ramón Coromoto Martínez», relató Grisette.
De allí, su habilidad para socializar y encontrar los medios y personas aptas, cuando ella organiza un evento cultural. Conoce tanta gente del medio artístico, político, médico, entre otros, y es tan determinada, que es casi imposible que no logre lo que se propone.
La cocina, su mundo
El talento culinaria la ha hecho reconocida, desarrollado desde pequeña «porque mi mamá cocinaba divino y nos enseñó a todas a hacer los quehaceres de la casa, a pesar de que teníamos quien lo hiciera. Siempre nos decía: ‘El que no sabe hacer, no sabe mandar’. Auténtico, lo experimento y me acuerdo de ella cuando requiero de alguien que me ayude en la casa; tengo que decirle cómo hacerlo. Pienso que mi comida es muy buena porque el secreto materno es no negarle nada», explicó.
Grisette escribió para el cuatricentenario de Guanare dos libros, uno «El Fogón guanareño» y otro «El Maíz: 50 formas de saborearlo», y nos ha dado la buena noticia que existe la posibilidad que, patrocinada por la directiva del Museo «Inés Mercedes Gómez Álvarez», lo reproduzca, con muchas recetas nuevas.
La medicina
En épocas pasadas había pocos médicos en Guanare. Su papá era radiólogo y gastroenterólogo, formado en La Sorbona de París y en Barcelona. Él la llevaba a su centro médico -el primero privado en Portuguesa-, la Policlínica La Riva, hoy Clínica Razetti.
«Allí me enamoré de la medicina, entraba a quirófano a ver las cirugías. Era muy difícil entrar a la facultad porque habían 1.200 aspirantes para 80 cupos y no pensé que quedaría. Por eso, también me preinscribí en Derecho. Fui seleccionada en ambas por el CNU, me fui directo a estudiar medicina, no hubiera podido estudiar otra cosa. Iba a hacer postgrado de Radiología, pero me casé antes y no pude, entonces me fui a Caracas a especializarme en Salud Pública», dijo.
Su esposo también es médico, especialista en Cirugía y su único hermano, Federico, es urólogo. «Lo innato es innato y lo adquirido es lo adquirido, pero la genética y la rutina diaria te dan siempre una inclinación veraz», señaló.
Aplica la misma lógica para la creatividad y el liderazgo, y dice que en lo cultural siempre está interviniendo, porque es médico, pero siempre humanista y ama tanto a Guanare, su pueblo, que nunca lo dejaría por nada.
Por esa razón y desde que era estudiante de la ULA, formó parte de la comisión que se encargó de promover la extensión de la facultad de Medicina a Guanare, con el apoyo fundamental de muchos guanareños como el Dr. Carlos Emilio Muñoz Oráa, el Dr. Carlos Gómez Urquiola y Pedro Rincón, el «eterno rector», indicó.
Portuguesa -acotó- tiene un potencial cultural y turístico sin par. Desde la Dirección de Turismo de la Alcaldía de Guanare, promocionamos el turismo religioso, conseguimos becas para estudiantes universitarios que venían los fines de semana, les dimos uniformes y eran los guías. Los ubicábamos en la plaza Bolívar y mostraban los sitios turísticos de Guanare que, por supuesto, incluía el Templo Votivo, en honor de nuestra Virgen de Coromoto. Esto ha decaído porque los gobiernos no les dan la importancia que tiene para los pueblos la cultura y al turismo local, porque quien trabaje, hay gente de sobra, declaró.
La política
Grisette tiene don de mando y en la política local tuvo un papel relevante. «Me encanta la política, mas no la politiquería». Cuenta que también este rasgo viene de familia, porque su abuelo Zacarías La Riva fue uno de los fundadores de Copei en Portuguesa y siempre vio en su casa a la mayoría de los políticos copeyanos, adecos y comunistas.
«Nos visitaban siempre el Dr. Rafael Caldera, Eduardo Fernández, Álvarez Paz. Hasta Raúl Leoni llegaba donde mi tía, porque era primo de su esposo, Juan Pedro Del Moral. Igualmente, fueron grandes amigos nuestros Waldemar Cordero, Elías D’Ongia, Montes de Oca, Antonia Muñoz. Bueno, creo que hasta aquí nos trajo el río y no nos vamos a hundir», expresó.
Familia y amigos
Tiene dos hijos varones casados, tres nietos a quienes ama y que la hacen inmensamente feliz. Siguiendo la herencia materna, José Augusto es ingeniero químico, especialista en alimentos y Luis Alejandro, es chef en España.
Evelita (hermana): «Grisette es la que más se parece a mi mamá y detrás de su fachada de mujer dura, es el ser más solidario que conozco. Si ella puede ayudar, lo hace sin esperar nada. Los sobrinos la adoran. Tiene una sensibilidad innata para la música y es una líder natural. Para escribir ‘El fogón guanareño’ fue de casa en casa, visitando a las matronas guanareñas, investigando, recopilando y escribiendo las recetas. Fue un gran aporte a su cultura y me alegra mucho que siga activa».
Ana Dolores Orozco (Directora del museo IMGA): «Grisette es una persona absolutamente responsable, sabe ser líder, es honesta y dedicada. Hemos tenido varias experiencias organizativas juntas, como la vigilia en la visita de Juan Pablo II y el festival a la virgen, entre muchos otros. Igualmente en el área de la salud pública tuvo disposición para resolver muchos problemas. Tiene un carácter fuerte, pero es una amiga muy leal que sabe reconocer el talento de todos y una promotora cultural magnífica».
Proyectos
«Yo no pienso retirarme. Tengo 73 años, pero siempre hay algo por hacer y seguir adelante. La edad es la que uno siente que tiene y hasta hoy, creo que soy joven todavía. Proyectos tengo muchos, Dios permita que pueda desarrollarlos, porque me interesa Guanare y me siento útil, todavía me gustaría trabajar más y más», reveló.
-Admiro a la gente sensible a la música como tú y mis hermanos. A los cantautores nuestros, como mi padre José La Riva, en primer lugar; Joel Hernández Pérez, Cheo Hernández Prisco, Cheo Ramírez, Yorman Tovar. A los poetas José Joaquín Burgos, Eddie Ferrer. A las Danzas Temerí, Danzas Guanaguanare. A la Casa de la Cultura «Carlos Gauna». A los pintores nuestros: Edda de Zamudio, Antonio Cañizales; mi compadre, el Dr. Victor González, Pastor García (+) y Belén Girard, destacó.
«Creo que he servido a mi pueblo y a mi país y lo seguiré haciendo mientras mi salud me lo permita». (CNP 16.100)