Hace poco más de medio siglo, Venezuela contaba con cinco glaciares que sumaban cerca de 1000 hectáreas de hielo. Pero el ciclo de retroceso de los glaciares, iniciado en el siglo XIX se aceleró en el siglo XX a causa de las emisiones de gases de efecto invernadero. Elides Sulbarán, ingeniero forestal venezolano, aún recuerda el paisaje blanco del glaciar de La Corona en el pico Humbolt a 4.916 metros de altitud.
“El retroceso de los glaciares es un proceso natural que se ve acelerado por el cambio climático, pero en este caso ya lo que queda de hielo arriba ya una superficie muy pequeña que no llega a dos hectáreas en condiciones tales que todos los especialistas consideran que el proceso de desaparición de este remanente del glaciar es irreversible”, explica a RFI Sulbarán.
Inspirándose en una técnica usada puntualmente en estaciones de esquí de países como Suiza, Italia o Francia el gobierno de Venezuela anunció el despliegue con helicópteros de rollos de plástico de polipropileno sobre la superficie helada para protegerla de la radiación solar.
Así lo indicó en febrero el gobernador del estado de Mérida, Jeyson Guzmaán en su cuenta de X.
Sin embargo, el glaciólogo francés Antoine Rabatel, del Instituto de Investigación y Desarrollo (IRD, Francia) duda de la eficacia de tal medida a largo plazo en condiciones de calentamiento climático: “Tratándose de la eficacia de este método para conservar un glaciar a largo plazo, me parece que es una ilusión. Mantener estas mantas a largo plazo en la superficie del glaciar necesitará muchas intervenciones porque con las condiciones meteorológicas y el viento, se van a degradar y serán menos eficaces», dijo a RFI.
Ecologistas y académicos recogen actualmente firmas para impedir la colocación de esta manta en el remanente del glaciar. La manta podría interrumpir los estudios de colonización de la vegetación y presenta riesgos de contaminación, temen los especialistas.
«Es un material plástico del cual no se sabe sus características, pero evidentemente al ser sometido a altos niveles de radiación, a cambios radicales de temperatura a todo lo largo del día, seguramente se va a descomponer. Está descomposición en micro plásticos va a contaminar los cauces de una serie de cursos de agua que aguas abajo alimentan acueductos para sustentar las demandas de la población”, advierte el ingeniero Elides Sulbarán quien pide, además, la publicación del estudio de impacto ambiental.
Venezuela no es el único país de la región afectado por el derretimiento de sus glaciares. Según las proyecciones científicas, los Andes perderán gran parte de su masa glaciar de aquí a finales del siglo.
RFI