El Nobel de Literatura chino Mo Yan defendió el futuro de la literatura en la era de la inteligencia artificial (IA) durante un evento, argumentando que «todo avance científico dota a la literatura de nuevas alas».
En un diálogo celebrado en Pekín con su compañero y también Nobel de Literatura Abdulrazak Gurnah, Mo recordó los temores surgidos en la década de 1980 con la llegada de la televisión e Internet. Estos presagiaban un oscuro futuro para la literatura, recogió en las últimas horas el diario local Global Times.
«La literatura ha demostrado ser resistente y capaz de evolucionar con los tiempos. La emergencia de la IA no provocará una gran crisis en la literatura. La profesión del escritor no terminará aquí», aseguró el escritor.
Mo, cuyo nombre verdadero es Guan Moye, sostuvo que el «pensamiento único y vívido» de los escritores seguirá siendo «insustituible» por la IA. Asimismo, dijo que la obra de un autor experimentado es difícil de imitar para una computadora.
IA y literatura, aliados
El autor, considerado el padre del «realismo alucinatorio» y que se inspiró en sus inicios en el realismo mágico de Gabriel García Márquez, instó a los escritores a buscar recursos «irreemplazables» en su propia herencia nacional y tradicional y animó a los novelistas a «aceptar y absorber los logros creativos de escritores de otros países».
El pasado mayo, Mo reveló haber recurrido a la inteligencia artificial, en concreto a ChatGPT. Gracias a ella redactó un discurso en honor al también escritor Yu Hua.
El Nobel, tras varios intentos fallidos, decidió buscar la ayuda de la inteligencia artificial y solicitó a un estudiante de doctorado que utilizara ChatGPT, un chatbot de última generación, para redactar la mención del premio en su nombre.
Al proporcionar palabras clave como «Vivir», «extraer un diente» y «Ciudad perdida» que representaban aspectos significativos de la vida y la obra de Yu Hua, el chatbot generó rápidamente un discurso de más de 1.000 palabras. Su estilo literario le recordaba, incluso, a las obras de Shakespeare.
EFE