El mundo del fútbol ha dicho basta. Algunos lo hacen de manera individual y con más intereses de por medio, como el Real Madrid, pero la guerra contra la violencia racista o de cualquier índole, va mucho más allá. La FIFA quiere poner fin y coto a que un estadio de fútbol sea al escenario de situaciones que se alejan de las normas más elementales de convivencia y respeto.
El Real Madrid va con todo. No va a parar en lo que cree defensa de sus intereses y, en especial, el honor de sus futbolistas ante los insultos que reciben en muchos estadios sean o no de carácter racista, algo que durante mucho tiempo se ha considerado como una parte más del fútbol y que en las últimas semanas se han venido repitiendo en todos los partidos. La entidad madridista está con Vini, al que consideran patrimonio del Real Madrid.
Por primera vez, un club ha denunciado a un árbitro, en este caso Martínez Munuera, por negligencia, al considerar que se omitieron en el acta los insultos y gritos vejatorios vertidos en contra de Vinicius por parte de la grada de El Sadar. La denuncia ya está en el Comité de Disciplina, donde también está la presentada por el Sevilla contra los videos de Real Madrid TV. En el club blanco consideran que todo forma parte de las directrices marcadas desde la cúpula, que nada es casual. Tal y como venimos informando desde hace meses, la guerra es frontal y abierta con el CTA.
Sanciones más allá de lo deportivo
La violencia verbal, más allá del racismo. Preocupa en el fútbol. A todos los niveles. Ven que hasta ahora las medidas no dan resultado. El deporte peligra y la industria, también. La regla de los tres pasos, esa que parece no existir pese a estar presenten todos los protocolos de las diferentes organizaciones, se ha demostrado que es insuficiente.
De Burgos la aplicó en Mestalla hace un año, pero de ahí no se ha pasado, ante la dificultad en ocasiones de determinar si los insultos son generalizados o muy localizados o incluso de escucharlos. En Pamplona, fueron los propios jugadores del Real Madrid, los que advirtieron de lo que estaba sucediendo. Caso omiso.
Por este motivo, Gianni Infantino quiere arbitrar de una vez por todas una norma sancionadora, y para ello quiere contar incluso con el respaldo de los gobiernos, que las acciones y castigos no se limiten a lo deportivo, con la lucha contra el racismo por bandera, pero sin dejar de lado insultos y vejaciones varias. En muchos países, este tipo de situaciones van por la vía penal, algo que cada día parece más necesario.
La FIFA se vuelca en la lucha
Pérdida de puntos, de un partido, interrupción del mismo, gradas cerradas… La FIFA ya lo ha decidido. Quiere poner freno a esa escalada de violencia verbal y física, que está apareciendo con el fútbol como excusa. En el próximo congreso a celebrar en el mes de mayo, arbitrarán nuevas medidas para poner fin, o por lo menos endurecer, las medidas ya existentes, ante la barra libre en la que parece vivir el fútbol.
El mundo del fútbol busca terminar con los gestos racistas, pero también con poner fin a la normalidad con la que se vive en los insultos que en ocasionen los aficionados, a pleno pulmón, dedican a futbolista y entrenadores rivales. El respeto se ha perdido y desde desear la muerte, al calificativo de tonto o cualquier insulto de índole racista, ninguno de ellos va a tener la connivencia de las reglas del fútbol.
El compromiso adquirido por el presidente Infantino es el de poner de acuerdo a todas las federaciones, orquestando sanciones ejemplarizantes, que deje sin ganas a todos aquellos que van al estadio de fútbol a insultar. Los castigos van a ir mucho más allá de lo deportivo.
Reunión entre Infantino y Vinicius
Meses atrás Infantino y Vini Jr se reunieron en Barcelona, sentando las bases de lo que es la lucha contra el racismo, de la que el madridista es embajador. En lo que va de temporada, LaLiga (pionera en eso de recoger lo que dice la grada) ha recogido hasta 11 situaciones en las que el brasileño ha recibido insultos por parte de las aficiones rivales. Y lo peor es que nada pasará, por lo menos hasta que la FIFA decida, de la mano de los gobiernos, orquestar medidas que pongan en peligro la estabilidad de un club por culpa de aficionados que no saben estar.
El 74.º Congreso de la FIFA marcará un antes y un después en la lucha de la FIFA contra el racismo, que incluirá la adopción de medidas más estrictas de alcance mundial en colaboración con las federaciones miembro y las confederaciones», ha añadido el presidente Infantino.
Marca.com
