El tapón del Darién sigue siendo la ruta alternativa para huir de la violencia, la pobreza y el desempleo para miles de personas. Así lo confirman las cifras que el Gobierno panameño publicó el día 31 de marzo para confirmar que la selva sigue batiendo récords: hasta 109.069 personas caminaron por sus peligrosos senderos durante el primer trimestre del año.
La mayoría de ellas eran de nacionalidad venezolana: 69.568, o lo que es lo mismo, el 60% del total. Les siguieron los migrantes de nacionalidad ecuatoriana (8.912), los haitianos (7.253) y los colombianos (7.030).
La cifra contrasta con la del año pasado, cuando atravesaron la zona un total de 87.390 migrantes en el primer trimestre. De ellos, 30.250 eran venezolanos, 23.243 haitianos y 14.328 ecuatorianos.
Según datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá, también compartidos por la agencia para los refugiados de la ONU, ACNUR, en 2023 cruzaron el Darién 520.085 personas, 120.000 de ellas, menores de edad.
La venezolana fue la nacionalidad más numerosa (328.650), seguida de la ecuatoriana (57.250), la haitiana (46.422) y la china (25.565).
La ruta del Darién ha visto un incremento del tránsito desde el 2021. Si entre el 2010 y el 2019 se registraron un total de 109.293 entradas, las cifras subieron alarmantemente en los siguientes años.
Con un 2020 de pocas entradas en plena pandemia –solamente 8.594–, fue en 2021 cuando la ruta comenzó a despuntar nuevamente: hasta 133.653 personas la cruzaron. No sería nada, comparado con lo que vendría. Porque en 2022 subió a 248.284.
Finalmente, en 2023 se duplicó a 520.000. Para 2024 se prevé que haya un aumento del 20%.
El Gobierno de Panamá intenta cerrar la ruta
Aunque el Gobierno de Panamá haga un registro exhaustivo de las entradas y salidas que se producen en su territorio, ya ha afirmado que las rutas son un “negocio” del crimen organizado e intenta desalentar a cualquiera que quiera cruzar el Darién. Por ello, ya impone más problemas que soluciones.
La última de todas fue expulsar a la ONG internacional Médicos Sin Fronteras, MSF, acusada de enviar informes “incompletos” de migrantes víctimas de violencia sexual durante su travesía por la selva.
Según dijo la ONG en un comunicado, “desde el lunes 4 de marzo, la organización médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras se vio obligada a suspender toda actividad médica para la población migrante en el Darién por orden de las autoridades panameñas, que alegan que actualmente MSF no cuenta con un convenio de colaboración vigente con el Ministerio de Salud”.
La zona, llena de peligros naturales y plagada de crimen contra los que cruzan, quedó desatendida.
France24