Taiwán fue sorprendido este miércoles 3 de abril por un poderoso terremoto que sacudió esa parte de la Tierra, a las 8:00 a.m. hora local, causando daños significativos y víctimas humanas.
Hasta el momento, las autoridades confirman al menos nueve personas muertas, más de 900 heridos y 50 ciudadanos se encuentran desaparecidos.
Las personas no localizadas son trabajadores de un hotel que se encontraban en el trayecto hacia un parque nacional, además de empleados de una mina de carbón, según informó el diario local ‘United Daily News’, citado por AP.
En el epicentro del caos está la capital, Taipéi, donde tejas de los edificios más antiguos se desprendieron y las escuelas evacuaron a sus estudiantes, equipándolos con cascos de seguridad amarillos y protegiéndolos de la caída de escombros.
Un residente, Hsien-hsuen Keng, compartió su experiencia: «Me despertó el terremoto. Nunca antes había sentido un temblor tan intenso».
La agencia de monitoreo de terremotos de Taiwán aseguró que el movimiento telúrico tuvo una magnitud de 7,2, mientras que el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) lo estimó en 7,4.
El movimiento telúrico golpeó a unos 18 kilómetros (11,1 millas) al sur-suroeste de Hualien y tenía una profundidad de 15,5 kilómetros, lo que desencadenó una alerta de tsunami para el sur de Japón y Filipinas que luego fue levantada.
Tras el primer sismo, continuaron las réplicas y el USGS indicó que uno de los movimientos posteriores tuvo una magnitud de 6,5 y 11,8 kilómetros de profundidad.
«Fue muy fuerte. Sentí como si la casa fuera a derrumbarse», describió a Reuters Chang Yu-lin, de 60 años, trabajador en un hospital de Taipéi, la capital.
La población en alerta por posibles réplicas de magnitud similar
La presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, envió un mensaje a la población en el que pidió mantener la calma y extremar las precauciones, dada las posibilidades de que se produzcan nuevas réplicas de entre 6,5 y 7 grados en los próximos días.
Hasta las 16.30, hora local, la isla había registrado 123 réplicas de diferentes intensidades, entre ellas nueve con una magnitud de entre 5 y 6, según la Agencia Meteorológica Central (CWA), citada por EFE.
Este terremoto es el más intenso que ha sufrido Taiwán desde el 21 de septiembre de 1999, cuando un sismo de magnitud 7,6 dejó 2.416 víctimas mortales y dañó o destruyó 50.000 edificios.
Tras el reciente sismo, las autoridades asegurarin que esperaban un terremoto relativamente leve de magnitud 4 y, en consecuencia, no enviaron alertas. Sin embargo, el terremoto fue lo suficientemente fuerte como para causar pánico a los habitantes.
Stephen Gao, sismólogo y profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Missouri, explicó que la preparación para terremotos de Taiwán se encuentra entre las más avanzadas del mundo, con estrictos códigos de construcción, una red sismológica de clase mundial y amplias campañas de educación pública sobre seguridad en caso de terremotos, por lo que las consecuencias en la vida humana y en la infraestructura se disminuyen.
Taiwán se asienta en la confluencia de las placas filipina y eurasiática, por lo que los terremotos son frecuentes en la isla.
Relevamiento de los daños y consecuencias tras el sismo
Aunque el impacto económico aún no se ha evaluado por completo, se temen interrupciones en la cadena de suministro, especialmente para la industria de semiconductores, de gran relevancia en Taiwán. Empresas como TSMC, un importante proveedor de chips para Apple, y Nvidia evacuaron empleados de sus fábricas.
Las autoridades locales trabajan para mantener los servicios básicos funcionando con normalidad. La mayor parte de la energía se ha restablecido después del terremoto, destacó la empresa eléctrica Taipower, y las dos centrales nucleares de la isla no se vieron afectadas.
La infraestructura sufrió daños considerables, con edificios inclinados, túneles obstruidos y carreteras bloqueadas, lo que paralizó el tráfico a lo largo de la costa este. Los efectos se sintieron incluso en China, a 160 kilómetros de distancia, donde se registraron pequeñas olas de tsunami.
Las autoridades destacan que la preparación previa en Taiwán ayudó a mitigar el caos inicial. A pesar del desastre, la vida cotidiana comenzó poco después a reanudarse, con personas regresando a sus actividades habituales y la bolsa de valores operando con normalidad.
El operador ferroviario de alta velocidad de Taiwán no reportó daños ni heridos en sus trenes, aunque los servicios experimentaron retrasos para realizar las inspecciones.
Con AP, EFE y Reuters