Los goles de Florian Wirtz, Jamal Musiala y Kavi Havertz, en el primer tiempo, y de Niclas Fullkrug y Emre Can, en el segundo, impusieron la superioridad de la selección alemana en el partido inaugural de la Eurocopa 2024 contra Escocia, que se jugó en el Allianz Arena, de Múnich, con un combinado escocés que permaneció en inferioridad numérica más de 45 minutos por la tarjeta roja directa a Ryan Porteous (5-1).
Alemania mandó en el marcador desde el minuto 10, desde el 1-0 de Wirtz, hasta el final. El 2-0, en el 19, fue de Musiala con un derechazo dentro del área. El 3-0, en el añadido del primer tiempo, de Havertz, al transformar el penalti cometido sobre Ilkay Gundogan que supuso la expulsión Porteous tras la revisión del VAR. El 4-0 fue de Fullkrug, ya en el 68.
El 4-1 de Escocia, ya en el tramo final, lo anotó Antonio Rudiger, en propia puerta, pero Emre Can repuso la ventaja con el 5-1 en el tiempo añadido.
Mención especial para Musiala, un regateador nato de los que casi han desaparecido por completo. El centrocampista de Alemania fue elegido el mejor jugador del partido. Musiala marcó uno de los cinco goles de Alemania y además fue un elemento de asedio constante para la defensa escocesa, que intentó frenar a este jugador incansable, sin lograrlo.
Por la banda izquierda perturbó en la primera parte a Porteus y después a Ralston. Casi todas las jugadas gobernadas por Kroos terminaron con las acciones del jugador del Bayern y entre los dos cimentaron una victoria que redondearon Füllkrug y Emre Can en el último tramo. El integrante del Bayern Múnich, ovacionado por su público cuando fue sustituido en la segunda parte, consiguió el primer ‘MVP’ de la Eurocopa.
Los hombres del técnico Julian Nagelsmann estuvieron en momentos previos al partido preocupados por la falta de calor de su público, completamente superado por la efusividad de la afición escocesa en las calles y cervecerías de Múnich. Hasta Julian Nagelsmann e Ilkay Gündogan tuvieron que hacer un llamado a los aficionados de su país para reunirse en torno a un equipo con hambre de títulos después de una década sin meter trofeos en sus vitrinas.
Guiados por Kroos, Alemania dominó e hizo lo que quiso con los escoceses. Kroos exhibió todo su repertorio, lleno de pases en corto precisos y de balones en largo quirúrgicos. Y, Nagelsmann, consciente de esa virtud, supo rodear a Kroos de jugadores perfectos para su juego. A su lado, Andrich, un correcaminos, aporta el músculo que no tiene Kroos; en las bandas, dos puñales jovencísimos: Wirtz y Musiala, con unos insultantes 21 años; de enganche el siempre efectivo Gündogan; y arriba, el mordisco de Havertz.
Alemania se imponía desde el minuto 10 y, al llegar el segundo tanto, ya irradiaba una felicidad plena. A partir de allí, el combinado germano pisó el acelerador y apostó a todo. El tercer tanto llegó en forma de penalti que transformó Havertz: 3-0 y a la caseta con la expulsión de Porteous por su entrada temeraria sobre Gündogan. Todo estaba casi terminado. No había más que hablar. Los segundos 45 minutos eran un trámite.
Si Alemania seguía con hambre, la goleada podía ser escandalosa. Si estaba saciada, tenía la opción de perdonar a su rival. Pero los alemanes salieron del vestidor en el medio tiempo para hacerse con el balón en la zona escocesa durante casi todo lo que quedaba de partido. Kroos se erigió como el director de todas y cada una de las acciones. Llevó el tempo del choque como le dio la gana y Alemania avanzaba así a una atronadora y cómoda victoria que ya le posicionaba como una candidata al título europeo.
Con información de EFE