La Universidad Católica Andrés Bello ha sido reconocida internacionalmente este 2024, año de su 71 aniversario, por sus líneas de investigación en educación, ciencias políticas, sociales y económicas; esto según el más reciente AD Scientific Index.
Sin embargo, la preocupación de la institución por el tema sanitario ha sido parte central de su quehacer desde 1999, cuando fundó el Centro de Salud Santa Inés (CSSI UCAB), unidad adscrita a la Dirección de Extensión Social que ofrece atención médica a los sectores populares del oeste de Caracas en más de 40 especialidades.
A propósito de los 25 años del CSSI, la universidad dedicó a «La salud integral, atención oportuna y prevención de enfermedades» el programa de debates de las VII Jornadas de Investigación, que se desarrollaron entre el 30 y el 31 de octubre en los campus de Montalbán y de Guayana.
Para ello, investigadores de los centros e institutos adscritos al Secretariado de Investigación y Transferencia -junto a invitados de otras universidades- conformaron una agenda que abordó el tema desde distintas perspectivas. En total, se dispusieron 20 mesas temáticas y se presentaron 49 ponencias.
La jornada inaugural se desarrolló en el auditorio Padre Gustavo Sucre, S.J., y tuvo como ponentes invitados a los médicos Huníades Urbina, presidente de la Academia Nacional de Medicina; Marino González, Ph.D en Políticas Publicas e investigador en la Universidad de La Rioja (España), y Julio Castro, infectólogo, adscrito al Instituto de Medicina Tropical y especialista en el manejo de datos. Cada uno dedicó una hora a los temas abordados.
Entre los detalles más duros sobre la situación nacional que dejaron como conclusión las exposiciones de los expertos están que el 71% de los gastos de salud salen del bolsillo de los venezolanos (data de Encovi), que la expectativa de vida cayó 8 años y bajó a 72 años; que no hay información desde 2016 sobre las causas de muerte de los venezolanos, que el embarazo precoz está afectando a niñas de apenas 11 años, que la Ley de Inmunizaciones «es letra muerta» y que, pese a lo vivido durante la pandemia, en Venezuela la gente se vacuna menos que antes de esa experiencia.
Los especialistas coincidieron en que la desigualdad económica entre la población venezolana y las dificultades geográficas y de movilización agravan el cuadro.
El brazo sanitario de la UCAB se expandirá a Guayana
El vicerrector académico, José Francisco Juárez, quien instaló el evento en representación del rector Arturo Peraza, S.J., confirmó la decisión de la UCAB de replicar en Guayana la experiencia del CSSI.
«Se pondrá a funcionar el Centro de Salud UCAB Guayana, muestra del crecimiento y madurez de nuestra institución. Esta puede ser una de las propuestas más ambiciosas de los últimos años», dijo Juárez.
Recalcó «la calidad y el compromiso para aportar en la transformación del país» que ha demostrado la Universidad Católica Andrés Bello desde su fundación y que se exhibe a diario en el Parque Social y las actividades de la Extensión Social universitaria.
El vicerrector dijo que, para la UCAB, estas jornadas conjuntas revisten importancia porque fortalecen la investigación inter y transdisciplinar, que son «los mecanismos de trabajo más eficientes para abordar la realidad, aportar al conocimiento y solucionar las problemáticas sociales».
Afirmó, además, que la casa de estudios «quiere ser parte de la solución» en materia de educación y salud, áreas en las que se requieren políticas públicas que enfrenten la crisis en la que permanecen ambas. «Nuestro compromiso con el país es educar para transformar, teniendo a la salud como una de las áreas emblemáticas en el campo de la extensión social«.
«Este evento tiene gran trascendencia estratégicamente para lo que queremos proyectar en los próximos años. Espero que pronto empecemos a ver los resultados de esta sinergia entre centros e institutos de investigación y el CSSI», explicó el vicerrector académico sobre posibles líneas y proyectos de investigación compartidos que aporten a la gestión de políticas públicas en salud.
En Venezuela se vacuna menos que en Haití
La médico pediatra Scarlet Salazar, directora del CSSI, hizo de moderadora de la sesión inaugural de las VII Jornadas de Investigación, y expresó el orgullo de que el Centro de Salud Santa Inés «lleve el apellido UCAB».
El primero en intervenir, el también pediatra Huníades Urbina, felicitó a la UCAB y consideró una muy buena noticia que la experiencia del Centro de Salud Santa Inés sea replicada en el oriente de Venezuela.
En su exposición abordó el panorama nacional en materia de vacunación, lo que impacta especialmente en los lactantes e infantes. Compartió las recomendaciones que la Academia Nacional de Medicina ha planteado públicamente al país y a las autoridades del Ministerio para la Salud. Insistió en que en Venezuela persisten las condiciones de emergencia humanitaria compleja, lo que se traduce en que la población sufre las mismas consecuencias que en un país en guerra, pero sin haberla tenido.
Urbina afirmó que en el examen de 2023 en la ONU sobre los Objetivos del Desarrollo Sostenible, el país «salió raspado». Cuestionó el aporte presupuestario tan exiguo que el gobierno asigna sistemáticamente a la atención de salud y aseguró que «al paso que vamos, nunca vamos a llegar al 6% de inversión del PIB», cifra mínima recomendable. En 2016, según cifras oficiales, la asignación al sector fue apenas el 0,8%, añadió.
Urbina aseguró que la cobertura vacunal es la más baja de toda América Latina, hasta menor que en Haití, donde «se aplica la vacuna contra el VPH a niños y niñas, y aquí no se la ponemos a nadie».
El experto insistió en la opacidad oficial para proporcionar data y que la más actualizada que los médicos obtienen llega indirectamente, a través de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la OMS o por vías oficiosas.
Explicó que la tasa ideal de inmunización para que la población infantil de cualquier país esté cubierta debe alcanzar el 95%, pero que Venezuela, según la data que maneja, se encuentra entre una lista de 10 países (entre ellos Guinea, El Congo e Indonesia) que aplican «dosis cero» de vacunas a los infantes.
Además del esquema clásico de 15 vacunas infantiles, dijo que por las condiciones sanitarias, en Venezuela deberían aplicarse seis vacunas adicionales, siendo una de ellas la de la hepatitis A por la mala calidad del agua.
Urgió a atender la vacunación contra la polio, pues «con la gotica» apenas se cubre al 50% de la población, así como vacunar contra la tuberculosis y la difteria, enfermedad que no se veía en el país, pero reapareció en Bolívar
CSSI UCAB, centro de despistaje y control
Marino González, experto en el diseño de políticas públicas, hizo una detallada exposición sobre cómo avanza la investigación del cáncer en Europa y que el trabajo en el que él participa, por la Universidad de La Rioja, apunta a crear innovaciones diagnósticas y a modificar las políticas públicas para el despistaje de esta enfermedad. Es un plan que involucra a 15 países, dos ministerios, 10 centros de investigación, entre otros organismos, indicó.
González destacó que en Venezuela no se tiene información oficial desde 2016 sobre las causas de muerte. Para esa fecha, las dos causas principales eran cardiovasculares y cáncer.
Estimó muy importante la labor del Centro de Salud Santa Inés, pues puede utilizarse a la población que allí se atiende para hacer un control completo de cobertura vacunal, despistajes y tratamiento de hipertensión, diabetes y cáncer y que tengan un seguimiento integral para, así, impactar en una parte importante de la población de los sectores populares del oeste de Caracas.Instó a incluir esta posibilidad en los trabajos de la UCAB, en pre y postgrado, pues cada persona que se ha sometido a un despistaje de cáncer representa una oportunidad de alcanzar el éxito en su control.
A nivel mundial, precisó Marino González, la data apunta a que para 2022 «el cáncer colorrectal era la segunda causa de muerte en el mundo para ambos sexos». La investigación europea persigue, entonces, crear hasta 11 alternativas para el despistaje de la enfermedad, incluyendo 4 pruebas diagnósticas que alimenten plataformas sanitarias para la toma de decisiones. La efectividad de las nuevas pruebas se espera ver en 2026 y, a partir de allí, revisar los protocolos y diseño de políticas.