Fin de semana sangriento en Puerto Príncipe, donde al menos 184 personas perdieron la vida debido a violencias orquestadas por el jefe de una banda criminal que atribuyó la muerte de su hijo a una maldición hecha por practicantes del vudú.
Esta nueva masacre hace aumentar el balance de fallecidos debido a la violencia en Haití que en lo que va del año asciende a 5.000 víctimas.
“Sólo este fin de semana, al menos 184 personas fueron asesinadas en violencias orquestadas por el jefe de de una poderosa banda en la capital haitiana, en el barrio de Cité Soleil”, declaró Volker Türk, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, durante una conferencia de prensa en Ginebra, Suiza.
La magia negra como móvil de la masacre
Estos asesinatos fueron perpetrados después de que el líder de una coalición de pandillas, Monel Félix, consultara a un brujo vudú, religión muy arraigada en la isla, para pedirle ayuda por la repentina enfermedad que contrajo su hijo. Este le aseguró que la enfermedad se debía a una maldición hecha por los ancianos de Wharf Jeremie, un distrito de Cité Soleil, el barrio marginal más conocido de la capital, así lo informó la ONG El Combinado para la Paz y el Desarrollo.
Según las fuentes consultadas por el diario estadounidense New York Times, los ataques fueron llevados a cabo entre el viernes y el sábado de la semana pasada, luego de la muerte del hijo del pandillero. La mayoría de las víctimas de estos ataques fueron mujeres y ancianos, sus cuerpos aparecieron mutilados y quemados en las calles.
Bandas criminales organizadas
El país caribeño está sumergido desde hace varias décadas en una inestabilidad política crónica y en una crisis de seguridad estrechamente ligada a la presencia de bandas criminales organizadas. Estos delincuentes están acusados de asesinatos, secuestros y violencias sexuales a gran escala.
La violencia causada por las bandas criminales ha aumentado desde febrero, debido en parte, a que muchas de ellas que estaban enfrentadas, han unido sus fuerzas para luchar contra la Policía Nacional, la cual sufre de falta de recursos. Esta debilidad en las fuerzas del orden ha jugado a favor de las pandillas que ahora controlan el 80% de la capital haitiana.
Estas violencias han empujado a más de 700.000 personas, más de la mitad niños, a huir de sus casas, según la Organización Internacional para los Migrantes (OIM).
Con el aval de la ONU y Washington una misión multinacional organizada por Kenia para ayudar a la policía de Haití se está llevando a cabo desde este verano.
RFI