El ministro entrante y viceministro de Turismo de Uruguay, Pablo Menoni y Ana Laura Caram, han ofrecido su perspectiva sobre la legalización del turismo de cannabis en el país.
El 17 de enero, Menoni fue consultado en una conferencia de prensa sobre la posibilidad de desarrollar el turismo de cannabis en Uruguay, una vez que se haya completado el traspaso de poder a la recientemente elegida coalición de izquierda Frente Amplio. Según Montevideo Portal , Menoni respondió que hay “margen” para explorar esa vía, aunque agregó que se requeriría discutirla con otras dependencias del gobierno. Por su parte, Caram dijo que el tema “debe ser revisado a fondo” y agregó que “hay un marco legal que debemos analizar”.
Uruguay se convirtió en el primer país latinoamericano en legalizar la marihuana —la droga que contiene la sustancia psicoactiva THC y se deriva de las hojas y flores secas de la planta de cannabis— en 2013, bajo el gobierno del Frente Amplio de José “Pepe” Mujica. Según la ley actual , las únicas personas que pueden comprar marihuana legalmente son las personas con “ciudadanía natural o legal, o residencia permanente”.
Para aquellos que cumplen estos criterios, la marihuana se puede adquirir legalmente en farmacias, se puede cultivar en casa para uso personal y se puede obtener si el comprador es miembro de un club productor de cannabis oficialmente reconocido.
La industria del cannabis ya juega un papel importante en la economía de Uruguay, y Statista predice que alcanzará unos ingresos de 143,60 millones de dólares en 2025. De esta cantidad, se espera que el cannabis medicinal genere la mayor parte con 73,62 millones de dólares, seguido del cannabis recreativo, que se proyecta que aporte 60,29 millones de dólares.
Ahora, algunos en la industria esperan que el nuevo gobierno amplíe aún más el mercado abriéndolo a los turistas, ofreciendo potenciales beneficios económicos tanto a las empresas como al país.
Turismo de cannabis: un debate recurrente
El debate en torno al turismo del cannabis no es nuevo.
Ex ministros de Turismo, tanto del Frente Amplio como de la reciente coalición de gobierno del presidente Luis Lacalle Pou, han rechazado o criticado anteriormente la posibilidad del turismo de cannabis.
En 2017, Liliam Kechichián, entonces ministra de Turismo del Frente Amplio, dijo a Crónicas: “No hay ni habrá turismo cannábico en Uruguay”. Siete años después, reveló que había cambiado de opinión y describió el cannabis como una de las “varias cosas” que Uruguay tiene para ofrecer a los visitantes
En 2022, el político del Frente Amplio Eduardo Antonini propuso un proyecto de ley que permitiría a los extranjeros no residentes comprar cannabis. Si bien el entonces ministro de Turismo de Lacalle Pou, Tabaré Viera, del Partido Colorado, dijo que el cannabis “no debería ser un producto turístico” ya que “tendría más inconvenientes que beneficios”, reconoció que sería “conveniente permitir que los visitantes tengan los mismos derechos que los uruguayos”.
Por su parte, el entonces subsecretario de la Presidencia, Rodrigo Ferrés, del Partido Nacional, dijo a El Observador que no veía el proyecto como “viable” y que necesitaba ser “estudiado con mucho cuidado”. Agregó que el proyecto requeriría un “consenso muy amplio de la sociedad y de todos los actores involucrados”.
El proyecto de ley no fue aprobado.
Nicolás Morales, director de Indajaus, dijo a Latin America Reports que el tema del turismo de cannabis resurge cada vez que asume un nuevo gobierno.
Indajaus vende los productos necesarios para el cultivo de cannabis, que incluyen semillas y fertilizantes, a una variedad de grupos como pequeños cultivadores, tiendas de cannabis, clubes de cannabis, entre otros. La empresa opera principalmente en Uruguay, pero recientemente ha iniciado un proceso de expansión hacia Argentina y Brasil.
Morales explicó que legalizar el turismo cannábico traería “diversas oportunidades” como crear empleos y atraer turistas interesados en probar productos de cannabis, “similar a cómo alguien puede visitar un país para probar un buen vino, o cualquier otro producto en el que un país se especialice”.
Sin embargo, añadió que empresas como Indajaus podrían verse afectadas “negativamente” si dicha ley sólo permitiera a las empresas industriales, como las que actualmente suministran cannabis a las farmacias, suministrar el producto a los turistas, en lugar de abrir el mercado a una gama más amplia de negocios.
Morales también destacó la importancia de “regular todos los canales” para evitar “fortalecer el mercado negro”. Explicó que, si los turistas solo pueden comprar cannabis legalmente en farmacias, por ejemplo, pueden verse obligados a comprar productos de “mayor calidad” en otras fuentes.
“Por lo tanto, uno de los mayores desafíos en mi opinión, sería regular todos los canales de distribución, no solo uno”, y agregó: “Si se permite que los turistas consuman cannabis en el país, no debería ser a través de un solo canal de venta. De lo contrario, el mercado negro seguirá prosperando en el otro canal”, agregó.
Morales cree que con la llegada de la coalición Frente Amplio hay cierto optimismo en la industria del cannabis respecto de que se pueda legalizar el turismo cannábico. Esto, explicó, se debe en parte a que el Frente Amplio “tiende a ser más abierto o más atento” al tema del cannabis, en particular considerando que fue el Frente Amplio el que legalizó el consumo de cannabis para los uruguayos.
Sugirió que el Frente Amplio “debería sentirse algo responsable de revisar la ley que crearon” dado que fue aprobada hace doce años, tiempo en el que no ha habido “revisiones sustanciales de la ley o los reglamentos”.
El turismo cannábico como una “forma confiable” de impulsar la economía del país
Lorenzo Castaño Guigou, CEO de Green Hemp Uruguay, explicó a Latin America Reports cómo la introducción del turismo de cannabis podría beneficiar a su empresa, que vende productos que contienen la sustancia no psicoactiva Cannabidiol (CBD).
Actualmente, la empresa no vende productos de CBD a nadie en Uruguay, sino que los exporta. Castaño explicó que esto se debe a que Uruguay no permite la “comercialización interna de flores de CBD”, sino solo la de algunos productos derivados como los aceites.
Estos productos, que podrán comercializarse internamente, deben pasar por el “burocrático” y “costoso” proceso de regulación por parte del Ministerio de Salud Pública. Castaño agregó que, si bien es legal vender aceites y derivados del CBD en Uruguay, “las ganancias no son tan buenas debido a los altos costos de fabricación y mano de obra”.
Castaño tiene la esperanza de que, si se legalizara el turismo de cannabis, sería más fácil para empresas como Green Hemp Uruguay realizar ventas dentro de Uruguay.
“Creo que una cosa llevará a otra”, agregó.
También explicó que contar con un marco legal en el que los turistas puedan adquirir marihuana y otros productos derivados del cannabis “mejoraría la calidad del producto” y sería más saludable para los turistas que actualmente compran productos de manera ilegal.
Asimismo, afirmó que permitir a los turistas comprar marihuana a través de vías legales reduciría el riesgo de consumo de bacterias y hongos peligrosos.
Castaño describió el turismo de cannabis como una “forma confiable” de impulsar la economía del país y explicó que “Uruguay es un país que atrae a muchos turistas, pero principalmente en verano, solo en las zonas de playa”, sugiriendo que las ventas de cannabis podrían ayudar a impulsar los ingresos generados por el turismo en otros lugares y en otras épocas del año. En concreto, imagina que la legalización del consumo turístico de marihuana podría aumentar los ingresos de empresas como restaurantes y hoteles.
Castaño cree especialmente que el “interior” del país, término utilizado para describir las vastas zonas rurales de Uruguay, tiene “mucho que ofrecer a los turistas”.
Sin embargo, también señaló que se deberán implementar medidas para garantizar el “consumo responsable”, incluida la designación de áreas en las que los turistas puedan consumir marihuana legalmente, sin molestar a los niños, a los locales ni a otros turistas.
Uruguay como potencial “pionero” en turismo cannábico
Be Ganjah comenzó como un cultivador de flores de CBD con sede en Uruguay, que exportaba desde Uruguay a países europeos. Ahora, también ayuda a otros productores, tanto de flores de CBD como de THC, a vender sus productos a través de los canales comerciales de la empresa.
Mónica Nicolás Lozano, CEO y cofundadora de la empresa, afirma que una ley que legalice el turismo cannábico en Uruguay permitiría a Be Ganjah “diversificarse”. Actualmente, al igual que Green Hemp Uruguay, el negocio “se basa 100% en la exportación”, y añade que “el turismo cannábico podría permitirnos crear negocio dentro de nuestro propio país de producción”.
En cuanto a las posibles ventajas para la economía uruguaya, dijo que una ley que permita el turismo cannábico podría “generar industria”. Sugirió que los “espacios recreativos” donde los consumidores de cannabis “puedan disfrutar de la naturaleza” o “escuchar música” podrían ser “económicamente rentables” y “aportar un sector adicional a la economía uruguaya”.
Nicolás considera que Uruguay está “perdiendo una gran oportunidad” y explica que, si bien fue uno de los primeros países en legalizar el consumo de cannabis, no logró generar industria. “Para que un país se posicione en un sector”, agrega, “no se trata solo de legalizar, sino también de ayudar a generar negocios”, algo que, según ella, Uruguay no ha logrado hasta ahora.
En septiembre de 2024, Bloomberg informó sobre las dificultades que han experimentado las empresas de cannabis con sede en Uruguay, ya que los principales productores y proveedores de servicios de cannabis, como Pharmin, Global Cannabis Holdings y Boreal, cerraron sus negocios en un lapso de 18 meses. En el momento en que Bloomberg publicó el informe, las exportaciones de cannabis de Uruguay desde 2018 habían ascendido a menos de 30 millones de dólares y la industria del cannabis del país empleaba solo a 750 personas. Uruguay alberga aproximadamente a 3,4 millones de personas, con una tasa de empleo de 58,3% en abril de 2024.
Nicolás agregó que Uruguay siempre se ha “destacado por ser innovador” en su abordaje del cannabis, y que legalizar el turismo cannábico podría permitirle convertirse en “pionero en la legalización del turismo cannábico”.