Araure.- Aunque se tiró en el piso del autobús de la universidad, para evitar que los disparos que hacía la policía le alcanzaran, una bala entró en su pulmón y rozó su columna. Creyó que no sobreviviría, pero lo logró. Fue la primera de muchas victorias. Su vida cambió a los 18 años, porque nunca más pudo caminar.
Florelys Linárez Rodríguez lloró mucho y un día decidió recuperar su independencia y su alegría. Se vistió de optimismo, buscó la fuerza y la luz dentro de sí, como solo los triunfadores saben hacerlo, para convertirse en ejemplo de superación y en modelo de muchos que, aún con todas sus facultades, dicen que no pueden salir adelante.
Es deportista, abogada, motivadora, emprendedora y hasta ha participado en concursos de belleza, nada la detiene. Vivir no es para ella, lo que para el resto, algo automático. Vivir es su segunda oportunidad y lo hace con propósito cada día.
Su segunda parte
Esta araureña es la menor de nueve hermanos, una familia numerosa que le ha dado mucho apoyo. En su época del liceo practicaba fútbol, básquetbol y su pasión, el atletismo.
Quiso ir a la universidad a estudiar derecho y se fue a Valencia. La facultad en ese momento estaba cerrada. Inicia la carrera de Educación en la Universidad de Carabobo, estaba en segundo semestre cuando el 9 de octubre de 1997, los estudiantes se estaban organizando para una protesta; entonces anunciaron la suspensión de clases.
Florelys junto al resto se sube al autobús estudiantil para regresar a su casa. Ella permanece dentro, asustada, pero un grupo en el trayecto se baja para grafitear una estatua, la policia trata de impedirlo y ellos corren hacia el autobús. Comenzó la persecución. Ella, muy asustada, quiere bajarse y no se lo permiten. Una de las balas perfora su pulmón y lesiona su médula, destruyendo sus vértebras 4 y 5.
«Creí que me moría, vi un camino lleno de luz y a un señor moreno vestido de blanco sentado en un banquito, esperándome. Dios me dio una nueva oportunidad para cumplir mi misión en la vida», dice sonriendo.
Fue muy duro, lloró semanas enteras, no quería que la vieran en silla de ruedas y durante un año se negó a aceptar su discapacidad. Poco a poco lo fue procesando, comenzó a hacer rehabilitación física y psicológica, para enfrentar el mundo.
Es difícil -explicó- porque todo el mundo ve la silla de ruedas, pero más allá hay consecuencias más graves: no controlar esfínteres, usar una sonda, y tengo horarios. Una vez en un banco, donde existe atención preferencial, una señora protestó porque ella tenía horas parada mientras yo, que estaba sentada, pasaba primero». Cosas como esas suceden.
Aprendió a nadar, ha hecho buceo adaptado, danza inclusiva, crossfit, entrena a diario, compró su casa, maneja, tiene 14 años en el ejercicio del derecho y trabaja.
Estudió en la Universad Yacambú, hizo su tesis sobre accesibilidad para los discapacitados y tuvo cuatro amigos que la subían y bajaron a diario.
Si quieres mi espacio te regalo mi discapacidad
«Hicimos una campaña con ese nombre, que impactó durante un tiempo, pero creo que con la pandemia retrocedimos en ese sentido. Hace falta más empatía, ponerse en el lugar del otro».
Y es cierto, cuesta encontrar un café que tenga rampa o espacio suficiente para moverse con silla de ruedas, ni hablar del espacio azul de los estacionamientos, que es ocupado por cualquiera, si es que existe.
Llegó a nuestra entrevista manejando su carro, adaptado para que pueda conducirlo a control. Es realmente admirable su espíritu de libertad.
Defendiendo sus derechos
Florelys, además, formó parte de la Asociación Civil Prohumanos, todos con diferentes discapacidades. Dictaron cursos, educaron sobre los derechos de los discapacitados, visitaron empresas. También se unieron a Danzas Huellas y su director Pedro Rodríguez (+), viajaron por muchos estados del país, asombrando a todos con su arte, anque les faltara un brazo, una pierna, la vista o, en su caso, lo hicieran desde su silla.
Como abogada se incorpora en 2009 al Ministerio del Trabajo, dando a conocer la ley para incluir a discapacitados en la empresa privada. Ingresa luego al Registro Público de Páez, que quedaba en un primer piso y tenían que subirla en brazos. Una muestra de que estos espacios siguen excluyendo a las personas con limitaciones físicas. Se fue a Caracas y solicitó su cambio. Ahora ejerce en la Notaría Primera de Páez.
Una chica sobre ruedas
«Me gusta hacer cosas nuevas, tener una meta por alcanzar. Mi próximo reto es el XXI Gatorade Caracas Rock 10 kilómetros, que será el 02 de octubre de este año».
Lo hace en su silla de uso diario, ya no puede competir con sus compañeras de Caracas, porque ellas ya tienen sillas 3 ruedas aptas para competencias; sin embargo, no se amilana, porque el deporte la hace sentir bien.
Todas las mañanas entrena 1 hora y en las tardes hace crossfit cerca de su casa, con una entrenadora que le dice que es su mejor atleta. De esta manera logra tener la resistencia necesaria para competir fortaleciendo hombros, brazos y muñecas.
Inicialmente a sus viajes la acompañaba su mamá, pero decidió hacerlo sola en el transporte público, una vez que comprendió que no siempre podía, y ella, que se había preparado, no iba a perderse la competencia.
Tan decidida es, que llegó a correr el Maratón de Chicago en Estados Unidos. Ha participado en más de 25 competencias y se prepara para la CAF 2023, 21 kilómetros.
A nivel local, se inscribe en casi todas las carreras, oficiales y privadas, aunque no son invitados tampoco les niegan la participación y siempre hay un reconocimiento a su esfuerzo
Para todas estas competencias va con sus propios recursos y sin ningún apoyo económico para acondicionar su silla.
Florelys es un ser extraordinario que merece ser apoyada, para lograr todos sus sueños; esos que un día pudieron ser truncados por el mal uso del poder de un funcionario policial.
A Dios gracias, ha superado las pruebas que la vida le ha dado. Siempre tiene en su rostro una sonrisa, usa tacones, es hermosa, pinta su silla de dorado y en su mente no hay limites. La actitud es todo en la vida.
Pero lo más admirable es que permanentemente agradece, agradece y agradece, su segunda oportunidad. (CNP 16.100)