Araure.- Con el inicio de la cosecha de maíz en Venezuela, en una superficie estimada de unas 300 mil hectáreas, entre blanco y amarillo, los productores han puesto el foco en dos temas: la necesidad de un precio que garantice la rentabilidad y la indefinición que se mantiene en la forma de pago.
Osman Quero, presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), enfatizó que los productores no esperan un precio menor a los $400 la tonelada (0,40 centavos de dólar por kilogramo). Sin embargo, les preocupa el impacto que tendrá la actual coyuntura cambiaría sobre la inversión realizada.
“Todos los costos de siembra fueron cubiertos en dólares, lo que hace vital que la dinámica de pago se adapte a esta realidad. Los productores temen que su capital se devalúe. Contamos con que se dará alguna estrategia para que los productores no vean su capital desangrarse como resultado de la coyuntura cambiaria”, afirmó Quero.
Para ello, la confederación se ha mostrado dispuesta a entablar conversaciones con las autoridades y los sectores involucrados, para buscar una solución que permita a los agricultores recibir parte de su pago en divisas.
Aunque la cosecha formal de maíz se espera que comience a finales de septiembre, algunos lotes sembrados de forma temprana ya están en fase de recolección, superando el efecto de las lluvias que restringieron la siembra por un buen tiempo.
Según cifras del Ministerio de Agricultura, a nivel nacional se sembraron unas 302 mil hectáreas de maíz, específicamente 137 mil del blanco y 165 mil del amarillo. A partir de esta superficie, se estima, siendo optimistas, una producción de 1,2 millones de toneladas, por lo que el país seguirá con un déficit de este rubro.
Esta situación contrasta con el panorama del arroz, cuya cosecha también inició y se perfila cubrir hasta un 76 % del consumo nacional, con un área de siembra superior a la del año pasado. (CNP 18.050)