Los ácaros son diminutos arácnidos imperceptibles al ojo humano que, aunque no pican ni transmiten enfermedades, representan una de las causas más comunes de alergia respiratoria, en especial los ácaros del polvo doméstico. Según el doctor Tomás Chivato, alergólogo y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo, estos organismos microscópicos se nutren principalmente de las células muertas que desprende la piel humana.
Para crecer y reproducirse necesitan una humedad relativa superior al 50 % y temperaturas por encima de los 20 °C. Su lugar favorito suele ser el dormitorio, y en particular, el colchón.
El profesional de la limpieza y creador de contenido Juan Carlos Laboncler, conocido en redes como @laboncler, explica en un vídeo en TikTok la importancia de una buena la limpieza.
El primer paso sería retirar y lavar las sábanas, fundas de almohada, almohadas y la funda del colchón. Laboncler recomienda programas de lavado con agua caliente, siempre que el tipo de tejido lo permita, para asegurar una desinfección profunda. Antes de iniciar la colada, aconseja aplicar un pulverizador con una mezcla desinfectante a base de peróxido sobre las manchas.
Una vez que el colchón está limpio y seco, es el momento de aplicar el insecticida. Este debe rociarse de forma uniforme, prestando especial atención a las esquinas y rincones. También se recomienda pulverizar la esponja antes de colocar nuevamente la funda protectora. Completado el proceso, el colchón recupera un aspecto fresco, limpio y libre de plagas y olores.
La importancia de ventilar
Hacer la cama nada más levantarse puede no ser la mejor decisión. Los expertos explican que la humedad y el calor acumulado durante la noche pueden quedar atrapados entre las sábanas, y si se hace la cama se favorece la acumulación de ácaros. Lo más conveniente es, nada más levantarse, ventilar la habitación y liberar las camas de estos arácnidos.
