Ser la amante de un hombre casado es una situación que suele ser mal vista socialmente, ya que puede derivar en conflictos emocionales y familiares. Sin embargo, la psicología sostiene que existen distintas razones por las cuales una mujer puede aceptar desempeñar ese rol en una relación sentimental.
Es importante señalar que la responsabilidad de una relación de pareja recae únicamente en las dos personas que la conforman, quienes toman la decisión diaria de cuidar o descuidar ese vínculo. Por lo tanto, la tercera persona no es culpable de las rupturas ni de las deudas emocionales que se generan en el contexto de la infidelidad.
Una fuerte atracción
La psicología explica que, en muchos casos, la atracción, el deseo y la pasión pueden generar una conexión intensa entre un hombre casado y la mujer que acepta ser su amante.
Estos sentimientos pueden volverse adictivos debido a la adrenalina y a la liberación de hormonas relacionadas con el placer y la felicidad. En este escenario, la infidelidad puede ser una aventura momentánea o convertirse en una relación paralela.
El atractivo de lo prohibido
Las promesas que se hacen en la relación
En un vínculo extramarital, las promesas suelen tener un papel central. Según especialistas, estas palabras, aunque pocas veces se cumplen, mantienen unida a la persona involucrada durante un largo tiempo. La expectativa de que algo pueda cambiar termina generando un lazo que prolonga la relación, incluso cuando las condiciones no son favorables.
Baja autoestima
La psicología también señala que muchas mujeres que aceptan ser la tercera en una relación presentan problemas de autoestima. Esto se traduce en la percepción de no tener la capacidad de entablar vínculos completos, comprometidos y duraderos. Esta situación las hace más vulnerables a aceptar limitaciones y condiciones que de otra manera no tolerarían.
Carencias emocionales y traumas del pasado
Cuando existen vacíos emocionales que no logran ser satisfechos con otras experiencias, algunas mujeres aceptan involucrarse en relaciones extramaritales.
Los traumas o carencias de etapas previas de la vida pueden jugar un papel determinante en la decisión de aceptar este tipo de vínculos fuera del matrimonio.
El desconocimiento del estado civil
Aunque pueda parecer difícil de creer, en ciertos casos estas relaciones surgen porque el hombre casado oculta su situación sentimental. Cuando la mujer descubre la verdad, es posible que decida continuar, ya que para entonces existe un nivel de involucramiento emocional que dificulta romper la relación.
Una dinámica compleja
La psicología coincide en que cada historia de infidelidad tiene características propias y que las motivaciones no son uniformes.
Sin embargo, lo que sí queda claro es que se trata de vínculos construidos sobre limitaciones, expectativas incumplidas y emociones intensas que pueden resultar tan atractivas como dañinas para quienes las viven.
GDA