Los ojos son una de las zonas más sensibles del cuerpo, por lo que cualquier herida, granito o alteración resulta especialmente molesta. Entre las afecciones más comunes se encuentran los orzuelos, pequeños bultos dolorosos que aparecen en los párpados y que suelen estar rodeados de mitos. Un orzuelo es una inflamación localizada en el borde del párpado o en su interior. Se presenta como un bulto enrojecido y doloroso, generalmente causado por una infección de la bacteria Staphylococcus aureus, según explican expertos de Cinfa.
Aunque no es una patología grave y suele desaparecer en pocos días, puede provocar molestias adicionales como lagrimeo, dolor ocular, sensibilidad a la luz o incluso dolor de cabeza, tal y como señalan desde la Clínica Ocumed.
¿Por qué aparecen los orzuelos?
La causa principal es la inflamación de las glándulas sebáceas de los párpados y las pestañas debido a una infección. No obstante, también pueden estar relacionados con una higiene ocular deficiente (por ejemplo, tocarse los ojos con las manos sucias o colocarse lentillas sin lavárselas antes), así como con factores internos. En adultos, suelen asociarse a épocas de estrés físico o emocional y a cambios hormonales.
Prevención
Para reducir el riesgo de sufrir un orzuelo conviene seguir estas recomendaciones:
- Lavarse las manos con frecuencia para evitar tocarse los ojos con ellas sucias.
- Retirar siempre el maquillaje antes de dormir.
- No utilizar cosméticos caducados.
- No compartir toallas faciales.
- Mantener una buena higiene con las lentes de contacto, respetando los tiempos de uso y evitando prolongar su vida útil.
Si el orzuelo ya ha aparecido, existen algunos cuidados que pueden acelerar la recuperación y disminuir las molestias:
Compresas templadas: aplicar un paño húmedo con agua tibia sobre el ojo, varias veces al día.
Bolsitas de té: tras hervirlas y dejarlas enfriar, colocarlas sobre el párpado afectado.
Masajes suaves: realizar pequeños masajes en la zona puede ayudar al drenaje del orzuelo.
Mitos y remedios a evitar
Alrededor de los orzuelos circulan numerosas creencias populares y supuestos remedios caseros que, lejos de ayudar, pueden empeorar la situación.
Uno de los más conocidos es frotar un anillo de oro sobre el párpado. Lejos de acelerar la curación, esta práctica puede resultar perjudicial, ya que las joyas acumulan bacterias que, al entrar en contacto con el ojo, aumentan el riesgo de infección.
Otro error común es intentar explotar el orzuelo. Esta acción puede agravar la inflamación, facilitar la propagación de la infección y aumentar el dolor. Lo más recomendable es no manipularlo y permitir que siga su evolución natural.
El Debate