Araure.- “Los santos son personas reales, se hacen en la vida, pueden vestir de camisa y jean. Les invito a que nos encontremos con el José Gregorio Hernández humano, de carne y hueso”.
La afirmación corresponde al presbítero José Magdaleno Álvarez, rector del santuario Niño Jesús de Isnotú, quien vino a Acarigua-Araure a compartir con la feligresía, como parte de la programación diocesana para los actos de canonización del Dr. José Gregorio Hernández y la madre Carmen Rendiles, primeros santos venezolanos.
El conversatorio, realizado en la parroquia Catedral Nuestra Señora de la Corteza, tocó varios aspectos de la vida y obra del “médico de los pobres”, desde su nacimiento en Isnotú, en Trujillo, hasta su infancia, juventud, educación, amigos, gustos y adultez, además de su espiritualidad y servicio.
También se destacaron su nivel intelectual, dominio de varios idiomas, ejecución de instrumentos musicales, dotes de bailarín, filósofo, buen amigo, estudiante ejemplar, médico excepcional, científico y aportes humanos y divinos.
La presentación del sacerdote estuvo a cargo de monseñor Gerardo Salas Arjona, obispo de la Diócesis de Acarigua-Araure, quien ha puesto todo su empeño en hacer de la canonización una gran celebración, para la unión y el disfrute de todo el pueblo católico. (Mayami Alvarado, CNP 4655)