Acarigua.- El 15 de octubre, cuando el reloj marca las 7:00 p. m., una ola de luz comienza a recorrer el planeta. Desde distintas partes del mundo, miles de familias encienden una vela para rendir homenaje a los bebés que partieron demasiado pronto. El gesto, conocido como la “Ola de Luz” o Wave of Light, simboliza que esas vidas, aunque breves, nunca serán olvidadas.
Esta fecha, instituida en 1988 en Estados Unidos, busca visibilizar el duelo perinatal: aquel que ocurre tras la pérdida de un bebé durante el embarazo, el parto o poco después de nacer, y que justo se conmemora cada 15 de octubre.
Hoy es un movimiento global que rompe el silencio histórico que ha rodeado a estas muertes tempranas y reconoce que esos bebés existieron, que fueron profundamente amados y que su ausencia deja una huella imborrable.
Sobre este tema, Portuguesa Reporta conversó con Roque Bustillos Arvelo, psicólogo perinatal y representante por Venezuela ante la Red Latinoamericana de Salud Mental Perinatal, quien destacó que “el mensaje de este día es doble: el amor no tiene fecha de caducidad y el duelo perinatal no debe vivirse en silencio ni en soledad”.
“El vínculo con ese hijo, sin importar el tiempo que estuvo, es eterno. Necesitamos empatía, apoyo y espacios seguros para hablar de este dolor”, expresó.
La Ola de Luz es un ritual de unión y memoria. Al hacerlo, se genera una cadena de luz ininterrumpida durante 24 horas. “Es un gesto simple, pero profundamente simbólico: representa que estos hijos e hijas siguen siendo parte de la historia familiar y del amor de sus padres”, explicó Bustillos.

Roque Bustillos Arvelo, psicólogo perinatal y representante por Venezuela ante la Red Latinoamericana de Salud Mental Perinatal
El especialista, quien también acompaña grupos de apoyo en duelo perinatal en la Fundación JIC (Colombia), subraya que este tipo de duelo sigue siendo uno de los más invisibilizados y silenciados. La sociedad suele minimizarlo con frases como “ya tendrás otro” o “era muy pequeño”, invalidando el dolor real de los padres.
“Los padres no solo lloran al bebé que se fue, sino el futuro que habían imaginado junto a él. Es un proyecto de vida interrumpido, que requiere reconocimiento y acompañamiento especializado”, puntualizó.
¿Cómo acompañar sin herir?
Bustillos recomienda evitar frases de consuelo vacías o religiosas. “Jamás se debe decir ‘fue la voluntad de Dios’, ‘eres joven, ya tendrás otro’ o ‘mejor ahora que más tarde’. Estas frases son invalidantes y añaden más dolor”, advirtió.
En su lugar, propone una escucha activa y empática: “Basta con decir: ‘lo siento mucho’, ‘estoy aquí si quieres hablar de tu bebé’ o, incluso, reconocer que no se tienen palabras. Nombrar al bebé es también una forma de validar su existencia”.
“El 15 de octubre no es un día de tristeza”
Como padre que ha vivido esta experiencia, Bustillos comparte un mensaje profundo: “Mi hijo, Mariano Elí, nos enseñó que la maternidad y la paternidad no se definen por el tiempo, sino por el vínculo. El 15 de octubre no es un día de tristeza, es un día para honrar ese amor eterno y asegurar que ninguna madre o padre camine solo en su duelo. La vida de nuestros hijos merece ser recordada, reconocida y honrada”.
Humanizar la atención en salud
El especialista enfatiza la importancia de un abordaje humanizado en hospitales y centros de salud. La atención debe centrarse en el respeto, la validación y el acompañamiento humanizado. Significa reconocer al bebé como un hijo o hija, y a los padres como dolientes, y la atención ideal incluye:
•Comunicación clara y empática: Evitando frases hechas y usando el nombre que los padres eligieron para el bebé, o llamándolo su hijo/a.
•Creación de recuerdos: Ofrecer a los padres la opción (nunca la obligación) de ver, tocar, cargar o tomar fotos de su bebé. La creación de una ‘caja de recuerdos’ (huellas, brazaletes, mechón de pelo) es vital para el proceso de duelo.
•Ambiente de intimidad: Separar a la madre y al padre de la sala común y garantizar un espacio tranquilo para la despedida.
“El personal de salud debe ser facilitador del duelo, no controlador. Cada palabra y cada gesto pueden marcar la diferencia entre un recuerdo reparador y un trauma”, señaló.
La responsabilidad principal de los profesionales es garantizar un manejo digno y asegurar que el proceso de duelo comience de la manera más sana posible. Esto implica dos áreas:
-Responsabilidad clínica: Aplicar protocolos humanizados, como garantizar que los padres tengan toda la información clara sobre el proceso.
-Responsabilidad emocional: Tratar a ese bebé como un paciente único, y a los padres como personas en crisis. La falta de preparación en este tema puede llevar a los profesionales a parecer fríos o insensibles, lo cual añade más dolor a la vivencia y puede hacer de ésta un evento potencialmente traumático. Por lo que es esencial que los profesionales estén capacitados para abordar estos casos.
Si el duelo no es atendido correctamente, las consecuencias en la salud mental del paciente pueden ser graves: desarrollo de ansiedad, depresión, o en casos extremos, Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT). En el caso de parejas, un duelo no resuelto puede llevar incluso a la resolución familiar. Por eso, el acompañamiento profesional es tan importante.
Crecer desde el amor y la memoria
La gestión del duelo perinatal no busca “superar” la pérdida, sino integrarla. Entre las estrategias más efectivas, Bustillos menciona la creación de legados, la participación en grupos de apoyo y el acompañamiento profesional especializado.
“El dolor no desaparece, se transforma. Recordar, honrar y encontrar compañía son los pilares para seguir amando incluso en la ausencia”, concluyó.
Venezuela también se une a la “Ola de Luz”
En el país, diversas iniciativas promueven la concientización. Destaca La Maleta de Arturo en Aragua, que impulsa actividades de sensibilización entre profesionales de salud y la elaboración de lazos conmemorativos rosados y azules.

Los lazos que se usan este día en conmemoración del Duelo Perinatal
En el estado Portuguesa, este día voluntarios locales entregarán listones en Acarigua y Araure, como parte de un trabajo constante de difusión y acompañamiento emocional.
“Este año, nuestro estado Portuguesa se ha sumado a esta causa con la entrega de listones en las ciudades gemelas, y mi persona, que he venido realizando un trabajo de hormiguita de sensibilización y concientización sobre este tema durante todo el año aquí en Guanare, siendo la meta poder llegar a todos los rincones de la región”, comenta.
Mientras que en Lara, el grupo “Un Amor que Trasciende” organizó la Segunda Ola de Luz en Venezuela, con el encendido de velas en la emblemática Flor de Venezuela, símbolo de unión y esperanza.
Estas acciones confirman que el duelo perinatal ya no es un tema silenciado, sino una causa que une corazones en memoria de los hijos e hijas que siguen brillando, más allá del tiempo y la vida.
Por Mariangel Moro Colmenárez (CNP 25.482)