El primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, aseguró este lunes que el partido se alineará con cualquier decisión que tome Nicolás Maduro frente a la reciente propuesta de Trinidad y Tobago de deportar a unos 200 migrantes venezolanos.
Durante su habitual rueda de prensa del partido, Cabello apuntó que esta medida responde a una presión directa de Estados Unidos sobre la primera ministra trinitense, Kamla Persad-Bissessar.
“Pregúntenle a quién tienen detenido en EE UU. Ahí comienzas a entender muchas cosas“, expresó el también ministro de Interior y Justicia, dejando entrever que detrás de la decisión hay intereses que van más allá del tema migratorio.
A su vez, insistió en que la funcionaria ha mantenido una postura hostil hacia Venezuela y advirtió que “el gobierno se reserva las acciones que corresponda“.
Al referirse a los venezolanos que podrían ser devueltos, Cabello expresó “Ellos verán qué hacen con los venezolanos allá. Nosotros tenemos muchos trinitarios acá y no les hacemos nada malo“.
Tensiones aumentan tras respaldo de Trinidad y Tobago a EE UU
Las relaciones entre ambos países se han deteriorado significativamente en los últimos meses, luego de que el gobierno de Trinidad y Tobago, liderado por la primera ministra Kamla Persad-Bissessar, ha expresado su respaldo al despliegue militar ordenado por el presidente estadounidense Donald Trump en el Caribe, como parte de una operación antidrogas.
Ante esto, el gobierno de Maduro anunció la “suspensión inmediata” del acuerdo marco de cooperación energética firmado en 2015 y renovado automáticamente en febrero de 2025 entre ambos países. La decisión fue tomada tras una solicitud formal de la vicepresidenta Delcy Rodríguez, quien denunció la “actitud hostil” del gobierno trinitense, especialmente por permitir ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos en su territorio.
La cercanía geográfica con Venezuela —apenas 11 kilómetros de distancia— convierte a Trinidad y Tobago en una plataforma estratégica para EE UU. Analistas señalan que el uso de territorio trinitense para el despliegue de tropas y buques norteamericanos incrementa la tensión regional y podría ser visto como una forma de intimidación militar hacia Venezuela.
El Nacional

