El Gobierno confirmó que 31 personas privadas de libertad murieron en menos de 24 horas durante dos ataques ocurridos en la cárcel de Machala, en la provincia de El Oro. Los enfrentamientos, atribuidos a bandas rivales, reavivan la crisis carcelaria que Ecuador no logra contener desde hace cinco años.
El servicio de cárceles (SNAI) precisó que la cifra oficial se mantiene en cuatro fallecidos y 34 heridos en el primer incidente, tras la verificación del ECU 911 y la Policía Nacional, y que el total de muertes en el sistema penitenciario ascendió a 31. El ajuste respondió a la revisión técnica de los reportes iniciales emitidos por las instituciones de seguridad.
“Tras los hechos registrados en el Centro de Privación de Libertad El Oro N.º 1, se coordinó la intervención del Bloque de Seguridad y se activaron los protocolos de levantamiento e identificación de las víctimas”, señaló el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI) en un comunicado difundido la noche del 9 de noviembre.
Los disturbios comenzaron cerca de las 02:45 del domingo, cuando internos de dos pabellones se enfrentaron con armas blancas y objetos contundentes. En la noche, un segundo ataque —atribuido a la pugna entre las bandas Los Lobos y Sao Box— dejó otros 27 fallecidos por asfixia dentro del penal.
El motín de Machala ocurre en una provincia que se ha convertido en epicentro de la violencia criminal. Según la Policía, El Oro figura entre los diez territorios más peligrosos del mundo, con tasas de homicidio superiores a 80 por cada 100.000 habitantes. Las disputas entre organizaciones criminales han hecho que la guerra se traslade también a los centros penitenciarios.
Fuentes del sistema carcelario atribuyen los hechos a la lucha interna por el control del penal entre las facciones de Los Lobos y Sao Box, una disidencia creada en 2024 por alias Saoco y Boxeador, quienes se separaron tras una ruptura violenta en las minas ilegales de Ponce Enríquez, según reportó SOS Cárceles, una plataforma ciudadana. Desde entonces, el grupo ha extendido su dominio sobre la provincia y actualmente controla la prisión de Machala.
Sao Box concentra sus operaciones en microtráfico y extorsiones, pero su poder se consolidó gracias al reclutamiento de delincuentes locales y a la complicidad de algunos agentes penitenciarios. Las autoridades investigan si hubo participación de personal del SNAI en los hechos recientes, como sugieren denuncias internas difundidas por colectivos ciudadanos.
En enero de 2025, la violencia en El Oro creció un 384 % respecto al año anterior. Solo en los primeros tres días de febrero se registraron nueve asesinatos diarios, una tendencia que evidencia la expansión del crimen organizado hacia el sur del país.
Tras el motín, se anunció la reubicación y traslados de presos. “Hoy están siendo trasladados, lo que nadie se había atrevido, a una cárcel de máxima seguridad, donde se les acabó la fiesta. Se terminó dar órdenes desde las cárceles u obedecer órdenes desde afuera de ciertos sectores interesados”, dijo el ministro del Interior, John Reimberg, al confirmar el traslado de reos a la nueva Cárcel del Encuentro, en Santa Elena.
En un comunicado, el Gobierno insistió en que “la respuesta institucional se mantiene bajo los lineamientos del Estado de excepción” y que las Fuerzas Armadas continuarán brindando apoyo al control penitenciario. No obstante, organizaciones de derechos humanos alertan sobre la falta de un plan estructural para reformar el sistema y prevenir nuevos episodios de violencia.
El informe del SNAI ratifica que no hubo nuevas víctimas en las horas posteriores y que la cifra total de fallecidos permanece en 31. La entidad agradeció a los medios por la colaboración en el proceso de verificación interinstitucional y reiteró que se mantiene la presencia de policías y militares dentro del centro penitenciario.
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