Un nuevo estudio de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) encontró que los hogares de venezolanos migrantes en Latinoamérica contribuyen con más de $10.600 millones a las economías de los países de acogida.
Los gastos en vivienda, alimentos, educación y servicios de salud son los que impactan de forma significativa en el crecimiento de las finanzas de América Latina y el Caribe.
«Los países de América Latina y el Caribe han comprobado que la migración es una fuente de crecimiento económico, así como de creatividad y dinamismo», afirmó María Moita, Directora Regional de la OIM para América Latina y el Caribe.
En ese sentido, insistió en que los hallazgos del estudio muestran que «cuando los gobiernos amplían las oportunidades para las personas migrantes, a través de procesos de regularización e integración, toda la sociedad se beneficia».
El informe de la OIM también señala que las personas migrantes venezolanas realizan valiosos aportes fiscales, que representan alrededor de 1,2% del total de la recaudación tributaria en los países analizados.
El Análisis de la Contribución Fiscal y Económica de la Migración Venezolana indica que 5,7 millones de migrantes en Colombia, Perú, Chile, Panamá, Ecuador, República Dominicana, Costa Rica y Aruba son agentes activos de consumo, inversión y recaudación fiscal.
Algunos de los hallazgos de la Organización Internacional para las Migraciones en su estudio con migrantes venezolanos por países son:
Colombia
Es el país que alberga la mayor cantidad de migrantes venezolanos con casi tres millones; por tanto, registra las cifras más altas en volumen.
La contribución fiscal de la población migrante venezolana ascendió en 2023 a 529,1 millones de dólares, lo que representa 1,91% de los ingresos tributarios de personas naturales en el país. En la economía de este país, los venezolanos inyectan unos 3.000 millones de dólares anuales por medio del consumo, cifra comparable a más de la mitad de los ingresos de conglomerados nacionales.
Estas cifran se dan, tomando en cuenta que 74% de los venezolanos está empleado en la informalidad.
Perú
En Perú la contribución fiscal real se situó en 526,9 millones de dólares en 2024, equivalentes a 1,35% de la recaudación total o a 0,23% del PIB nacional. El consumo estimado de los migrantes en el país alcanza los 2.400 millones de dólares, un monto que equipara a 80% del presupuesto anual del Ministerio del Interior.
Sin embargo, Perú presenta una de las mayores brechas de oportunidad debido a la «degradación de habilidades», ya que menos de 10 % de los profesionales venezolanos ejercen su carrera. Si se avanzara en la convalidación de títulos y la formalización, el ingreso fiscal podría aumentar 51,3%, alcanzando un potencial de 797,7 millones de dólares.
Chile
La integración laboral en Chile destaca por su alta tasa de empleo (89%) y formalidad en comparación con sus vecinos, lo que se traduce en una recaudación fiscal real de 409,7 millones de dólares, representando 1,03% de los ingresos fiscales totales.
El consumo de los hogares venezolanos en territorio chileno se estima en 2.400 millones de dólares, con una fuerte orientación hacia el pago de vivienda y servicios.
El escenario potencial en Chile proyecta una recaudación de 510,1 millones de dólares si se optimiza la inclusión de estos trabajadores. La migración ha sido clave para contrarrestar el envejecimiento poblacional local, aportando una fuerza laboral joven (promedio de 36 años) y activa.
Panamá
Panamá registra el impacto relativo más alto de la región. La contribución fiscal de los migrantes venezolanos es de 203,2 millones de dólares, lo que constituye un notable 4,18% de los ingresos fiscales totales del país y 0,33% del PIB.
La inversión empresarial de origen venezolano ha sido un motor clave, inyectando más de 1.800 millones de dólares en la última década y generando cerca de 40.000 empleos.
Si se redujeran los costos de regularización y se facilitara el acceso al empleo formal, el aporte fiscal potencial de Panamá podría dispararse a 283,2 millones de dólares, elevando su peso a 5,83% de la recaudación nacional.
Ecuador
A pesar de las barreras de regularización, la población venezolana en Ecuador aportó 46,9 millones de dólares al fisco (0,25% de la recaudación total). El consumo local se estima en 876,2 millones de dólares, con un gasto focalizado en vivienda y alimentación.
El estudio destaca que el aporte per cápita ha crecido considerablemente en los últimos años, pasando de 84 dólares a 243 dólares, demostrando una mayor capacidad contributiva a medida que la población se asienta. En un escenario de plena integración, el aporte fiscal potencial ascendería a 55,9 millones de dólares.
República Dominicana
La migración venezolana en República Dominicana se caracteriza por un fuerte perfil emprendedor y de inversión. Su aporte fiscal real es de 39,9 millones de dólares. Destaca la inversión de capital venezolano, que ha movilizado cerca de 180 millones de dólares y generado más de 2.500 empleos directos a través de más de 50 empresas registradas.
El potencial de crecimiento fiscal es de 26,3%, pudiendo alcanzar los 50,4 millones de dólares si se agilizan los procesos de regularización y se reduce la burocracia para los nuevos negocios.
Costa Rica
En Costa Rica, la contribución fiscal actual es de 40,2 millones de dólares (0,32% de los ingresos totales). El consumo de esta población inyecta unos 261,3 millones de dólares a la economía costarricense, con un alto porcentaje destinado a educación y salud, lo que denota una inversión en capital humano a largo plazo.
El aporte potencial se calcula en 47,5 millones de dólares. Un dato relevante es el alto nivel educativo de los migrantes en el país (más de 40% cuenta con educación universitaria), lo que representa un capital humano subutilizado por las barreras legales de contratación.
Aruba
Aunque las cifras absolutas son menores por el tamaño de la isla, el impacto relativo es el más alto en términos de PIB. La contribución fiscal real es de 27,2 millones de dólares, lo que equivale al 0,75% del PIB de la isla. El consumo local asciende a 113,5 millones de dólares, vital para su economía basada en servicios y turismo.
De acuerdo con el estudio de la OIM, alrededor de 82% de los migrantes venezolanos en América Latina y el Caribe trabaja en el mercado laboral informal y 41% no tiene acceso a crédito ni a servicios financieros formales: Estas barreras restringen su autonomía económica, el crecimiento de sus negocios y su capacidad de contribuir aún más sustancialmente al desarrollo local.
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