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Robots en la era de la IA: lo que podemos esperar para el 2026

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Escrito por Redacción

Durante años, lo más cercano a un “robot” en la vida cotidiana fueron las aspiradoras autónomas que recorrían la casa en silencio. Hoy, ese imaginario quedó atrás: comienzan a aparecer robots con rasgos humanoides, diseñados no solo para limpiar, sino para interactuar, aprender y ejecutar tareas complejas.

Tesla Optimus es uno de los proyectos más visibles: es un robot humanoide diseñado para realizar tareas repetitivas y poco segura, con desarrollo activo en hardware y software por parte de Tesla.

Según informes, la compañía de Musk planea producir varios miles de robots Optimus, con objetivos de llegar a 50.000 unidades en 2026.

Pero aterrizados en la realidad, un ejemplo destacado es Liffo, el robot de cocina que puede aprender recetas, ajustar parámetros en tiempo real y sugerir variaciones, personalizando completamente la experiencia culinaria gracias a sus algoritmos avanzados.

En España, proyectos como PAL Robotics trabaja dentro del consorcio europeo RoboSAPIENS para desarrollar flotas robóticas autónomas más inteligentes y seguras para entornos industriales. Su robot TIAGo utiliza la arquitectura MAPLE-K, creada para que estos sistemas sean más confiables y puedan colaborar con humanos en fábricas.

Otro hito de accesibilidad lo marca Bumi, un humanoide de Noetix con un precio cercano a los 1.370 dólares. La compañía lo presenta como el punto de inflexión hacia la “domesticación” masiva de la robótica, llevándola desde laboratorios a los hogares.

La masificación de los robots en el sector industrial

En la actualidad, más de 4.6 millones de robots industriales están operando en fábricas en todo el mundo en 2024, representando un crecimiento anual del 9%.

En el sector industrial, la especialización inteligente es clave. La empresa singapurense Neptune Robotics aseguró 52 millones de dólares para expandir sus robots limpiacascos. Estos equipos, con sensores y algoritmos de IA, operan de forma autónoma en entornos subacuáticos complejos, optimizando su trabajo.

La arquitectura MAPLE-K del proyecto RoboSAPIENS es un ejemplo europeo de esta tendencia. Busca estandarizar un marco de seguridad y toma de decisiones éticas para que robots, como TIAGo, operen de forma predecible y confiable junto a trabajadores en talleres y almacenes.

El ecosistema de apoyo también evoluciona. La financiación se redirige hacia el deep tech, mientras nuevos marcos promueven el desarrollo responsable. Iniciativas como el fondo climático Dana Iklim+ en Malasia buscan alinear la innovación tecnológica con criterios de sostenibilidad.

El talento global es un motor crucial. La diáspora india lidera empresas innovadoras como Prezent AI. Además, los Centros Globales de Capacidad (GCC) en Asia se consolidan como los núcleos de I+D para el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial y robótica a escala internacional.

Lo cierto es que los robots están entrando en una fase de sistemas cognitivos integrados y confiables. Impulsados por la IA y proyectos como el europeo RoboSAPIENS, ganan la capacidad de navegar de forma segura por entornos imprevisibles. La promesa para 2026 es el amanecer de una colaboración intuitiva y fiable entre humanos y máquinas.

El Nacional

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