La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) envió un mensaje de fin de año donde advierte que la asfixia económica es el gran reto de los medios para el 2026. El presidente de la organización señaló que el periodismo en las Américas no solo se ve obligado a defenderse de las balas, la censura o las celdas de prisión.
El presidente de la organización, Pierre Manigault, recalcó la situación actual de la prensa. “Este año llega a su fin con una certeza contundente: el periodismo en las Américas ya no se ve obligado a defenderse únicamente de las balas, la censura o las celdas de prisión. En la actualidad, enfrenta una amenaza más insidiosa: la asfixia económica se ha convertido en una nueva forma de violencia, más silenciosa, menos visible, pero igual de eficaz para silenciar voces independientes”.
Mensaje de fin de año de la SIP
En este sentido, recalcó que la desaparición de un medio de comunicación “nunca es simplemente un fracaso empresarial”.
“Es, ante todo, una derrota para el derecho de la sociedad a estar informada. Cuando el periodismo independiente se debilita o desaparece, el debate público se erosiona, la rendición de cuentas se desvanece y las tendencias autoritarias encuentran un terreno fértil para expandirse sin control. Una democracia sin medios fuertes es una democracia privada de una de sus salvaguardas más esenciales”, indicó.
Precisó que durante el año, la SIP mantuvo una presencia activa y visible mediante misiones internacionales en Guatemala, Panamá, Costa Rica, Perú y Estados Unidos, donde “las presiones contra periodistas y medios se han intensificado a través del acoso judicial, demandas desproporcionadas, abusos regulatorios y la estigmatización desde los más altos niveles del poder”.
También mencionó que este deterioro es “aún más grave en Cuba, Nicaragua y Venezuela”, donde los gobiernos reprimen de manera sistemática al periodismo independiente.
“Hemos denunciado de forma constante y firme la persecución estatal y la violencia del crimen organizado, expresadas en asesinatos, amenazas y silenciamientos forzados, en contextos donde los gobiernos ni siquiera brindan la protección más básica a los periodistas. Esta falla se agrava por la persistente impunidad, que alimenta un círculo vicioso de violencia al enviar el mensaje de que los crímenes contra periodistas no tienen consecuencias reales. Como resultado, un número creciente de reporteros se ve forzado al exilio simplemente para preservar su vida y continuar con su labor”, enfatizaron.
Logros
Por otro lado, recalcaron los logros de la SIP al alcanzar acuerdos con el Estado colombiano para otorgar reparaciones a las familias del periodista Julio Daniel Chaparro Hurtado y del fotógrafo Jorge Enrique Torres Navas, asesinados en 1991. Lo mismo que con la familia de Guillermo Cano, director asesinado por narcotraficantes en 1986.
Con este tipo de acuerdos se reafirma que “los crímenes contra periodistas no pueden ser borrados por el paso del tiempo” y que la justicia es “un derecho irrenunciable”.
Mencionaron que la crisis con la prensa se extiende fuera de América Latina. “En Estados Unidos, el periodismo ha dejado de ser un observador distante y se ha convertido en un objetivo directo dentro de este mismo drama global. La Primera Enmienda, alguna vez considerada un escudo impenetrable, ha demostrado ser vulnerable frente a ataques políticos sostenidos destinados a desacreditar a la prensa y socavar la libertad de expresión. En este contexto, la experiencia de los editores latinoamericanos —largamente acostumbrados a resistir presiones autoritarias— se ha vuelto una fuente indispensable de aprendizaje y fortaleza para las redacciones estadounidenses”.
Y agregaron que la “sostenibilidad financiera del periodismo sigue siendo el talón de Aquiles de la libertad de prensa”.
“Los desafíos que alguna vez plantearon internet y las redes sociales se han visto amplificados por la rápida expansión de la inteligencia artificial. Si bien la IA ofrece oportunidades extraordinarias de innovación y eficiencia, también plantea interrogantes éticos y económicos urgentes. Los desarrolladores y las plataformas deben establecer mecanismos de compensación justa por el uso de contenidos periodísticos. La tecnología solo puede innovar verdaderamente dentro de sistemas libres y democráticos; sin periodismo de calidad, los algoritmos corren el riesgo de amplificar la desinformación en lugar del conocimiento”, indicaron.
El Nacional

