El Grupo Ricardo Zuloaga y el Grupo Orinoco de Energía y Ambiente aseguran que la inversión necesaria para recuperar el sistema eléctrico de Venezuela supera los 15.000 millones de dólares en un periodo de entre tres a cinco años.
A través de un pronunciamiento de este 19 de octubre, ambos grupos desglosan que la inversión debe distribuirse de la siguiente forma: 35% para la generación; 25$ para transmisión y 40% en distribución y comercialización.
Consideran que la recuperación del sistema eléctrico también debería pasar por cambios como un nuevo modelo económico, una nueva ley que promueva la eficiencia y transparencia; diferentes ideología política y que esté operado por un equipo de profesionales del más alto nivel.
«Es necesario emitir una nueva Ley del Servicio Eléctrico que permita la participación de las empresas privadas en todas las actividades relacionadas con el sistema, ya que la del 2019 -que aún está en discusión- no es un mapa de ruta que sirva de guía y estímulo a la inversión privada», resalta el comunicado del Grupo Ricardo Zuloaga y el Grupo Orinoco de Energía y Ambiente.
Proponen que esta nueva ley defina temas como la descarbonización de la matriz energética, accesibilidad, garantía del suministro, gestión de clientes, adaptación de las empresas al cambio y el desarrollo de la industria del gas.
Fallas en el sistema eléctrico desde el 2006
Los dos grupos dedicados a la energía señalaron que las fallas críticas en cuanto a la electricidad en Venezuela comenzaron en el año 2006, pero fue en 2008 cuando hubo cuatro apagones nacionales y luego, en 2019 se registró un apagón general que dejó sin luz a gran parte del país durante cuatro días.
Estiman, en el comunicado, que los cortes de electricidad han causado más de 1.000 millones de dólares en pérdidas hasta este 2022.
Además, recuerdan que, debido al mal manejo de los embalses hidroeléctricos y la indisponibilidad del parque térmico, comenzaron los racionamientos a finales del año 2009.
Culpan al gobierno oficialista de contribuir con el daño al sistema eléctrico, pues aseguran que las causas del deterioro son la obsolescencia de todo el equipamiento, la falta de mantenimiento, personal con escasa competencia profesional, improvisación, deficiente operación y corrupción generalizada.
A juicio de los dos grupos la prioridad actual es rehabilitar lo que se pueda del sistema eléctrico y de lo que ya está instalado para lograr eliminar o reducir el racionamiento actual.