Araure.- El guanareño Enluis Montes se luce de nuevo como director, en uno de los conciertos más significativos de Venezuela y su obra musical, al celebrarse conjuntamente el aniversario 49 del Sistema de Orquestas y los 70 años de la afamada «Cantata Criolla” del compositor contemporáneo Antonio Estévez, basada en el poema «Florentino el que cantó con el Diablo», escrito por el poeta barinés, Alberto Arvelo Torrealba.
En esta ocasión, el tenor Aquiles Machado y el barítono Gustavo Castillo, se unieron a la Coral Nacional Simón Bolívar y la Orquesta Multigeneracional, para interpretar esta magnífica obra dirigida por el guanareño Enluis Montes Olivar, conocido en el mundo de la música como «El milagro de ‘El Sistema’ en los llanos».
Montes es, hoy por hoy, uno de los directores venezolanos más destacados en el mundo, no solo de orquesta sino también en la ópera.
«Vamos rumbo al medio siglo y con la feliz coincidencia de que estamos en los 70 años de la primera audición de la ‘Cantata Criolla’, que fue el 25 de julio de 1954. Interpretamos, además, el Choro No. 10 de Villa-Lobos, que son ritmos autóctonos de Brasil. Aquiles Machado, en el rol de Florentino, que es uno de los tenores más importantes de la actualidad y Gustavo Castillo, en la voz del Diablo, un extraordinario músico graduado en la Scala de Milán, ambos barquisimetanos. Realmente, fue un trabajo maravilloso y la pasamos muy bien», explicó joven director.
Cantata Criolla
La pieza está escrita para orquesta, coro y dos solistas en tres movimientos a gran escala. El primero, lento y cadencioso, establece un estado de ánimo épico con gestos que alternan entre lo dramático y lo atmosférico, antes de que el coro entre para establecer la escena y el telón de fondo del que emerge la voz del Diablo para lanzar su desafío.
Luego viene «El Reto», lanzado con confianza por el Diablo, que es contestado en tonos más serios por Florentino, que invoca la tierra: «Sabana, sabana, tierra que te hace sudar y amar como he cantado con todo lo que tengo para cantar con él.»
El segundo movimiento, es lento, tenebroso, con pasajes sombríos para las cuerdas bajas y los vientos de madera que acumulan gradualmente la tensión y retratan la tormenta que se está gestando en el exterior.
Al final, cada uno reclama la victoria, pero Florentino supera a su enemigo recitando versos sagrados, que luego el coro se hace cargo. (Laphil.com). (CNP 16.100)