Laureano Sánchez se describe como una persona terca. No lo dice como una cualidad negativa, todo lo contrario. Ha sido precisamente esa terquedad la que lo ha impulsado a perseguir sus sueños, por más locos o imposibles que parezcan, hasta alcanzarlos. Es fiel creyente de que para alcanzar el éxito, primero hay que soñar en grande. Eso fue lo que lo llevó a cumplir el sueño de todo DJ: presentarse en Tomorrowland.
Hace dos meses, el 27 de julio, se convirtió en el primer DJ venezolano en tocar en el festival de música electrónica más importante del mundo. El suyo también fue el primer set en español en la historia de Tomorrowland.
Aunque estaba nervioso, se sentía mucho más entusiasmado por lo que representaba este logro para su carrera. “Sentía una mezcla fuerte de emociones, pero siempre predominaron las positivas”, dice Sánchez, de 28 años de edad, quien confiaba en que su música, que fusiona lo electrónico con música tradicional venezolana, causaría un impacto en el público. Y así fue.
Desde que piso el primer “play” en el tablero desaparecieron los nervios y se sintió arropado por la energía del público, que bailó y disfrutó cada canción del set. “Me sentía demasiado respaldado por los venezolanos, tanto los que estuvieron presentes como los que estaban en cualquier parte del mundo. Ellos dieron demasiado apoyo y me hicieron sentir súper seguro con mi propuesta”, dice el DJ de los altos mirandinos, que este sábado se presentará por primera vez en el país desde que emigró. Será en el Caracas Music Hall del Centro Comercial Concresa.
El set que eligió para Tomorrowland, en el Fortune Stage, incluyó piezas que mezclaban temas de Simón Díaz, Luis Silva, Tambor Urbano o Los Adolescentes. Propuesta que lo diferenció del resto de los DJs y que llamó la atención del público no venezolano. “Los sorprendía bastante y les parecía música exótica, bailable; es que la riqueza de la música del Caribe, así no entiendas el idioma ni nada, te hace bailar, porque es música agradable”, cuenta.
Camino de hormiga
Llegar a Tomorrowland no fue sencillo. A Laureano Sánchez le tocó hacer algunos sacrificios para llegar al lugar en el que está.
En Venezuela, además de ser DJ, también fue productor. Había trabajado con Corina Smith, Dani Barranco, Kobi Cantillo, entre otros. Pero sentía que su carrera, al menos en el país, había alcanzado un techo, por lo que decidió emigrar a Madrid en busca de nuevas oportunidades.
Le tocó empezar de cero. Volver a construir un nombre y darse a conocer en el ámbito de la música electrónica. Salía cada noche a fiestas para hacer contactos con DJs locales. Así llegaron sus primeros toques. No muy grandes, recuerda, pero fue lo que le trajo más presentaciones. “Por un lado, me motivaba porque estaba teniendo mis primeras experiencias tocando fuera del país en escenarios finos. Pero, por otro, en Venezuela había alcanzado un punto y eso a veces no es que te lastime el ego, porque no es ego, sino como que yo sé cuánto valgo y aquí me están ofreciendo menos. Pero también es parte del proceso y toca vivirlo”.
Impulsado por DJ Obregon, Laureano decidió postular a la JBL Music Academy by Martin Garrix, programa de formación desarrollado por el sello discográfico del DJ neerlandés, STMPD Studios, para impulsar a artistas emergentes de todo el mundo. Para su sorpresa, quedó entre los seleccionados por España. “Aunque siempre he apostado muchísimo por mi proyecto porque confío en lo que puedo hacer en la música, nunca me había ganado ni una rifa de Instagram. Entonces, eran mis amigos los que me decían: ‘Aplica que tú tienes para quedar en eso’. Mandé mi video de presentación porque no perdía nada con intentarlo”.
Tras enviar su postulación, se olvidó del programa. Un día, camino a un ensayo con Anacri, recibió una llamada del equipo de JBL para darle la noticia de que había sido seleccionado. “La persona que me llamó me tuvo que poner en contexto porque no recordaba nada”, dice Laureano Sánchez, quien de inmediato preparó sus maletas para partir a Ámsterdam, donde durante cuatro días asistió a talleres impartidos por productores y figuras destacadas de la industria de la música electrónica, incluido el propio Martin Garrix.
El programa ofrece la oportunidad a algunos de sus participantes de presentarse en festivales de música electrónica como Tomorrowland. Aunque existía la posibilidad, Laureano no imaginó que sería uno de los seleccionados, pues aunque su propuesta era distinta, pensó que eso podría jugarle en contra. No fue así. “Yo pensaba: ‘llegar hasta aquí ya es un lograzo y estoy satisfecho con eso’. Creía que se iba a llevar a otros chamos que hacían música electrónica europea, y como la mía era muy fusionada con ritmos venezolanos no pensé que me fueran a elegir porque era muy arriesgado, pero cuando algo es para ti, es para ti”.
Aunque el feedback que recibió sobre su música durante el programa fue positivo, los comentarios sobre su estilo al mezclar no siempre fueron buenos. Recuerda que recibió muchas críticas de DJs venezolanos, que le aseguraban que para llegar lejos tenía que cambiar de estilo. Afortunadamente, asegura, nunca les prestó atención. “Me decían: ‘Tu música es demasiado venezolana, tú eres demasiado criollo’. El cliché de siempre que para llegar lejos tienes que sonar igual a los demás, gracias a Dios soy demasiado terco y no les hice caso. Hubo mucha gente que decía que mi música era una hora loca. Bueno, mira la hora loca en Tomorrowland”.
Una herencia familiar
Laureano Sánchez creció en un ambiente musical. Su abuelo materno fue uno de los fundadores de Un solo pueblo, agrupación de música tradicional venezolana, por lo que la música folclórica siempre ha estado muy presente en su vida. En su casa se escuchaban parrandas, tambores y música llanera.
Su familia intentó acercarlo a la música tradicional venezolana. De pequeño, su mamá lo inscribió en conservatorios y orquestas infantiles, pero no duró más de un día. No por falta de habilidad, sino por falta de interés. No le gustaba, quería hacer otras cosas. Soñaba con ser futbolista profesional, pero el destino tenía otros planes para él.
De adolescente, escuchó una canción, “Reload”, de Sebastian Ingrosso, que marcaría un antes y un después en su vida. Le despertó una curiosidad enorme por descubrir más música. “Fue como el meme de la química del cerebro alterada. Me despertó una curiosidad loquísima y busqué en YouTube cómo hacer esta música, ni siquiera sabía cómo decirle. Puse el nombre de la cantante y seguí scrolleando y buscando hasta que me descargué el programa FL studio y desde entonces no he durado más de 3 semanas sin utilizarlo”, asegura Laureano, quien soñaba con ser como Martin Garrix o Diplo.
Mientras perseguía su sueño de ser futbolista, también estaba metido de lleno en la música electrónica. Comenzaba a producir sus primeras mezclas y a generar ingresos. Un día se dio cuenta de que en la música podía construir algo y decidió dejar el fútbol. Afortunadamente, siempre contó con el apoyo de sus padres. “Ellos tenían la referencia de mis abuelos que fueron muy exitosos con Un Solo Pueblo y sabían que de esto se puede vivir. Es una bendición de Dios que me dio unos papás demasiado mente abierta en ese sentido y que siempre me apoyaron”.
Poco a poco, Laureano Sánchez comenzó a hacerse un nombre como DJ y a producir más, lo que lo conectó con otros DJs que también estaban, como él, empezando su carrera y que hoy sin amigos. “Con la producción descubrí a mis amigos que todavía conservo, como Ángel Bernal, que estará en mi show del sábado. Con él compartía cosas de producción y él conmigo cosas de DJ. Empezamos a trabajar juntos, hicimos un grupo que se llama 3n8, con el que estuvimos nominados a los premios Pepsi”.
“Cuando te dedicas a esto sigues conociendo a gente y si te gusta vas a estar inspirado todo el tiempo porque la misma carrera te va a ir llevando a más gente increíble”, agrega.
Sánchez recuerda que desde sus primeras mezclas los elementos de la música tradicional venezolana siempre estuvieron presentes en sus producciones. Aunque no quiso dedicarse de lleno a ello, siempre fue parte de su vida, lo disfrutaba y quería honrarlo. “Creo que uno, sobre todo cuando es más chamo, se deja influenciar muy fácil por todo el mundo. Era más común escuchar comentarios tipo: si te vas a dedicar a la música electrónica, tienes que hacer la música electrónica en inglés, pero yo, terco y necio, siempre agregaba algún elemento de la música tradicional en mis canciones porque me gustaba, era algo que disfrutaba y me daba nota hacerlo”.
“Un día hice un remix de ‘Cantinero’ de Vitico Castillo cuando tenía como 17 años y lo subí a soundcloud y de repente escuchaba ese remix sonando en un set de un DJ desconocido poniéndola por ahí. Eso hizo que siguiera incluyendo elementos venezolanos”, agrega.
El DJ reconoce que por momentos se dejó influenciar y dejó de lado los elementos de música tradicional, pues no sentía que sería lo que lo llevaría lejos. Sabía que lo distinguía, pero no creía que fuera la clave de su éxito. “Cuando uno está joven carece de personalidad para algunas cosas. Me dejé influenciar mucho por otras cosas y aparte un poquito, no del todo, los elementos de música tradicional, porque en mi mente nunca fue la llave que me iba a llevar a Tomorrowland, por ejemplo. Sabía que iba a sumar, pero terminó siendo ese el factor que me llevó al festival y yo nunca lo vi así cuando estaba chamito”.
Antes que DJ, Laureano es productor musical. “Por eso es que amo la música, la música me vuelve loco. La música electrónica fue la gotica que derramó el vaso para que yo sintiera atracción por la producción musical”, dice el DJ, quien también experimentó con lo urbano como cantante.
Asegura que en Venezuela hay muchos DJs y productores talentosos, pero considera que en la escena de música electrónica hace falta unión. “Hay un buen movimiento en cuanto al house, el afrohouse, pero creo que hay mucho trabajo que debemos hacer. Hace falta más unión y hace falta crear espacios para desarrollar la producción de música electrónica. Yo estoy dispuesto y estoy trabajando para hacer que aparezcan esos espacios”.
Tras Tomorrowland, Laureano Sánchez quiere ser uno de los DJs que ayude a posicionar la música electrónica latina en el mundo. “Creo que en Venezuela y en Latinoamérica hay mucha audiencia para la música electrónica, hay expositores underground de house o afro house grandísimos, sobre todo en Venezuela, como Tony Guerra, Gustavo Domínguez, Víctor Porfidio. Esa gente está haciendo un trabajo increíble, pero hay audiencia para el mainstream que nadie está satisfaciendo y yo quiero trabajar muchísimo para cubrir eso. En habla hispana no hay alguien que esté haciendo doblaje, como lo hace Martin Garrix. Hay que trabajar para que esa música llegue a los oídos de todo el mundo y esos DJs sean headliner en los festivales de acá, que los temas charteen en el top de de la música pop, porque en Europa tú te puedes encontrar de número dos a Bad Bunny y de número uno un tema de Garrix. Entonces, hay audiencia para eso en Latinoamérica pero no hay exponentes en español”.
Laureno Sánchez sabe que aún le queda un largo camino por recorrer. Lejos de asustarlo, lo emociona. Le gusta soñar en grande, no se cansa de hacerlo. Está orgulloso de lo que ha logrado y quiere seguir trabajando por mucho más. “Tengo el orgullo de poder decir que lo mío es desde cero y me da demasiada emoción decirlo. Siento que mi historia es demasiado bonita y me siento motivado e inspirado para animar a otra gente a que persiga sus sueños porque gracias a eso he vivido cosas buenas”.
El Nacional