El mundo de la moda está de luto. Con profundo pesar, el Grupo Armani anunció el fallecimiento de su creador, fundador e incansable impulsor, Giorgio Armani, a los 91 años de edad.
El diseñador, que revolucionó la alta costura con su visión única, falleció en paz, rodeado de sus seres queridos.
Conocido por su dedicación férrea a su oficio, Armani trabajó hasta sus últimos días. El comunicado de su compañía destaca que se mantuvo inmerso en su empresa, sus colecciones y en los diversos proyectos que siempre lo impulsaron.
Su deceso —ante ojos expertos, crítica, amantes de la moda y público en general— no solo representa la pérdida de un diseñador, sino la partida de un artista que construyó un imperio a partir de líneas limpias y una estética atemporal.
Giorgio Armani, la leyenda de la modaNo fue solo un diseñador. Fue un arquitecto de la ropa; un maestro de la elegancia que liberó a la moda de la opulencia para abrazar la sobriedad.
Su nombre es sinónimo de poder, sofisticación y una visión que revolucionó la forma de vestir del hombre y, sobre todo, de la mujer: la verdadera musa de sus inspiraciones, según sus palabras.
El legado de la sobriedad Armani emergió en la década de 1970, en un momento en que la moda masculina se debatía entre la formalidad estricta y el exceso.
Él, según reseñan medios especializados, desafió la norma con su visión: una sastrería fluida y desestructurada que ofrecía una comodidad inédita.
Sus trajes de líneas limpias y hombros suaves se convirtieron en el uniforme del poder y el éxito, un símbolo de confianza sin necesidad de excesos.
El poder femenino
Su impacto en el armario femenino fue igualmente trascendental. En los años 80, con la mujer integrándose al mundo corporativo, Armani le ofreció una armadura: el traje de poder femenino.
Sus piezas, que combinaban la silueta masculina con una sensibilidad delicada, empoderaron a las mujeres y las vistieron para la batalla en las oficinas, convirtiendo su marca en un ícono de estatus.
Vale destacar que, a lo largo de su carrera, Armani no se limitó a las pasarelas. Construyó un imperio global que abarca desde la alta costura y la moda casual hasta hoteles, perfumes y decoración de interiores.
Asimismo, se convirtió en el arquitecto de un estilo de vida que se extendió por todo el mundo, siempre fiel a su visión de elegancia atemporal y minimalismo.
Su legado perdurará en cada línea limpia, cada corte perfecto y en la memoria de un mundo que vistió con su inigualable sentido del estilo.
El Nacional