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Diosángeles Soto, la acarigueña que investiga cómo detener el uso de animales en laboratorios finlandeses

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Escrito por Beatriz Quintana

Acarigua.- Ella, definitivamente, es una joven que destacó del montón para convertirse en científica, haciendo de su vocación una realidad útil a la humanidad. Diosángeles Soto es una ingeniero químico que desarrolla un proyecto para reproducir partes del cuerpo humano a nivel celular -en el laboratorio- con el objetivo de minimizar o, algún día, detener el uso de animales como modelos, por medio de una nueva tecnología llamada Órgano-en-Chip.

Esta venezolana es la prueba irrefutable de que la planificación, guía adecuada y acción continua sobre aquello en que creemos, nos ubica en la vida y en el mundo, para lograr nuestros objetivos, por muy altos que estos sean.

Estudió en el Colegio «Ángel de la Guarda», egresó de la Universidad “Simón Bolívar» en Venezuela. Estudiosa y dedicada como es, está finalizando su doctorado en el Laboratorio de Tecnología de Materiales

Naturales en la Universidad Abo Akademi en Finlandia, donde poco a poco cambió su orientación a Biología Celular y presentará su tésis dentro de unos meses. Allí trabaja como investigadora asociada al Laboratorio de Destino Celular y planifica continuar el postdoctorado.

Soy «cerebrito» como todos los demás

«Mis estudios siempre fueron muy importantes para mí. En mi entorno actual, todos mis compañeros son ‘cerebritos’ de una forma u otra, así que se siente más como la norma”, expresó.

– Desde que recuerdo, he tenido pasión por cómo funcionan las cosas y todo lo que aún desconocemos. Esa curiosidad fue estimulada por mis padres que me brindaron la oportunidad de perseguir mis metas. También fui afortunada de tener ciertos profesores, como Reinaldo Padrón y Elías Bittar, dispuestos a enseñarme más allá de lo requerido en el colegio», dice agradecida.

La investigación: detener el uso de animales como modelo

Actualmente, explicó, hay un gran conflicto en la traducción de investigación entre el laboratorio a la clínica. El problema es que el mejor modelo de investigación biológica, hasta ahora, han sido los animales. Sin embargo, ninguno es capaz de imitar toda la complejidad del sistema biológico del cuerpo humano, razón por la que millones de euros y años de investigación se pierden, diseñando medicamentos y tratamientos en el laboratorio, que luego no funcionan en la clínica.

Por eso es importante planificar colaboraciones con otros grupos de investigación para diseñar otros modelos de órganos o con el hospital local, para utilizar directamente tejidos de pacientes con cáncer en esos estudios, indicó la bióloga.

«Mi meta, en estos momentos, es intentar reproducir partes del cuerpo humano a nivel celular, en el laboratorio, para algún día minimizar o detener el uso de animales como modelos. Esto se logra con una nueva tecnología que nació en el 2010, apenas hace una década, se llama Órgano-en-Chip y su desarrollo requiere conocimientos en 2 campos: Ingeniería y Biología Celular, lo que es perfecto, dada mi formación académica», explicó.

«Se trata de replicar las interacciones celulares en el sistema circulatorio, diseñando una “Arteria-en-Chip” que podremos usar para estudiar enfermedades cardiovasculares y toxicidad asociada a los tratamientos de cáncer», señaló.

La investigación ha repercutido en el mundo científico y aunque aún no hay resultados definitivos, Soto es la responsable de avanzar en el proyecto.

El primer prototipo fue publicado en una revista científica por una estudiante de doctorado de ese laboratorio en Los Países Bajos. Ahora, está en sus manos seguir mejorando ese prototipo y adaptarlo a ciertas enfermedades, como aterosclerosis, «una iniciativa importante en Turku así que fue el centro de la entrevista. En cuanto a resultados, probablemente tomará un par de años para la siguiente publicación», explicó.

Finlandia, hogar y amor

Diosángeles vive en Turku, Finlandia, donde llegó por primera vez en el 2012, por un año, para hacer su tésis de pregrado, gracias a un programa de intercambio entre la Universidad «Simón Bolívar» y la Universidad Abo Akademi.

«Cuando era pequeña, leí sobre Finlandia, su naturaleza y los valores de las personas; desde ese entonces, quise venir. El año que pasé aquí confirmé que sería mi nuevo hogar. En 2013 regresé a Venezuela para terminar mis estudios y volví definitivamente a Finlandia en 2014 a comenzar mis estudios de doctorado».

Está casada con Jens, su joven esposo finlandés, que junto a su perrita Hime y una pareja de amigos portugueses, conforman su pequeña familia, dijo.

A la cultura finlandesa no fue tan difícil adaptarse, porque de muchas formas su personalidad estuvo fuera de lugar en Venezuela, pero es común en Finlandia. El silencio, el respeto al espacio personal y a las normas, y la honestidad, son atributos que disfruta, detalló.

Le costó un poco ajustarse a la gastronomía y no hay día que pase que no extrañe a su familia, los abrazos y la Venezuela en la que vivió.

«Hay ciertas diferencias culturales como que no se malgastan palabras y si le preguntas a alguien que cómo está, te va a responder con sinceridad. Tampoco se puede decir al aire algo como “nos deberíamos ver pronto” porque van y sacan un calendario y quieren agendar la fecha porque se lo toman en serio. Y si dices que vas a ir a una cena o fiesta, es muy mal visto si cancelas el mismo día porque tu palabra cuenta».

De múltiples facetas

No todo es laborario y ciencia, también para el arte tiene talento: es excelente violinista, le gusta la pintura en acuarela y las manualidades, es políglota (habla inglés, español, sueco y francés) y continúa estudiando finlandés y japonés.

«Aunque confieso que mi español Se oxida más y más mientras vivo aquí en Finlandia».

Recuerda los compartires familiares en Venezuela y dice emocionada que quiere que todos amen las arepas, los tequeños y la torta tres leches tanto como ella. Le encanta intentar nuevas recetas de diferentes culturas pero, sobre todo, le hace muy feliz cocinar para compartir en grupo, en especial si es algún plato venezolano.

«En estos momentos, tengo probablemente infinitas metas que cumplir, porque nunca parece suficiente, pero reconozco que lo más importante para mí es ser feliz con mi familia, tener salud y bienestar».

El secreto del éxito

«Dar lo mejor de mí y trabajar hasta no poder más; pero lo segundo no lo recomiendo. Lo importante para mí es tener metas, planificar, esforzarme para lograrlas y rodearme de personas que me estimulan a ser la mejor versión de mí misma. No sé qué tan lejos llegaré, puede que mañana decida cambiar de carrera, pero si de algo estoy segura, es que no me detendré, cualquiera sea el camino que elija», expresó. (CNP 16.100)

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