A los 35 años y sin experiencia previa en gestión pública, Daniel Noboa asumió este jueves la Presidencia, convirtiéndose en el mandatario más joven en la historia de Ecuador.
Después de prestar juramento como nuevo jefe de Estado y durante un discurso de investidura directo y pragmático, Noboa declaró en referencia a la situación del país que pocos candidatos estaban dispuestos a asumir el desafío de liderarlo.
«Por el bien de Ecuador y porque tengo una visión renovada y joven, me lancé a la Presidencia sin dudarlo», expresó, agregando que él es «un hombre libre y pragmático que busca con empatía mejorar la vida de los ecuatorianos».
En su declaración, el nuevo presidente hizo hincapié en el cambio generacional en la política y en su juventud, que presentó como la «fuerza» que -según él- Ecuador necesita para renovarse y abandonar sus «viejos paradigmas ideológicos».
«No podemos seguir repitiendo las mismas políticas del pasado esperando tener un resultado distinto, por eso, los ciudadanos votaron por un nuevo Ecuador», afirmó.
Al vincular los problemas de inseguridad en el país con el desempleo, dijo que creía «en un Estado cuyo primer objetivo es reducir la violencia y convertir el progreso en una costumbre», destacando que «para combatir la violencia, hay que abordar la desocupación. El país necesita empleo y para generarlo, enviaremos reformas urgentes a la Asamblea», concluyó.
Desafíos y alto calado y poco tiempo para afrontarlos
El ascenso de Noboa fue sorprendente en unas elecciones atípicas llevadas a cabo en dos rondas (en agosto y octubre) y marcadas por actos violentos, incluido el asesinato de uno de los candidatos, Fernando Villavicencio.
Ganador con el 52,05% de los votos frente a la candidata de izquierda Luisa González, el nuevo presidente se enfrenta a dos desafíos preponderantes: la seguridad y la situación económica.
Más de 323.000 ecuatorianos se encuentran desempleados según datos oficiales, y más del 50% de la economía se sustenta en el trabajo informal. Además, se prevé un crecimiento económico del 0,8% en 2024.
Para impulsar la economía ecuatoriana, el nuevo presidente no tiene margen de tiempo, ya que su mandato dura apenas 17 meses, el tiempo restante del mandato del presidente saliente, Guillermo Lasso. Este último había anunciado en mayo la disolución de la Asamblea Nacional y su propia renuncia.
Noboa ha realizado giras por Estados Unidos y Europa para atraer inversiones y préstamos, aunque ha advertido que equilibrará el cumplimiento de las obligaciones de la deuda externa, que asciende a unos 47,4 mil millones de dólares, con las necesidades del pueblo ecuatoriano. Por otro lado, se comprometió a fomentar la creación de empleo por parte de las empresas y a reducir impuestos a la construcción, entre otros aspectos.
Además de la situación económica, una violencia sin precedentes se ha apoderado del país. Los homicidios atribuidos a grupos criminales por el gobierno actual, han aumentado considerablemente en los últimos años.
El mandato del impopular Guillermo Lasso estuvo marcado por una ola de violencia en prisiones y calles. La cocaína, producida en Colombia y Perú, pasa a gran escala por Ecuador, en particular con destino a puertos europeos. Observadores señalan que los carteles han infiltrado el poder y sus instituciones, convirtiendo a Ecuador en escenario de cruentas rivalidades entre bandas, bajo la mirada impotente o a veces cómplice de las autoridades.
Según un informe reciente del Observatorio de la Criminalidad Organizada de Ecuador, las muertes violentas podrían superar las 7.000 este año, con una tasa de homicidios de 35 por cada 100.000 habitantes.
Noboa es consciente de la urgencia de mostrar resultados en materia de seguridad y ha prometido militarizar las fronteras, aumentar la presencia de cámaras de seguridad y construir prisiones seguras en alta mar.
Sin mayoría en la Asamblea, se requieren coaliciones
Elegido diputado en 2021 y presidente de la comisión de desarrollo económico de la Asamblea Nacional, Noboa permaneció discreto y era prácticamente desconocido para el público hasta hace unos meses.
Sin embargo, no es un completo desconocido. Los ecuatorianos conocen a su familia, en particular a su padre, el rico exportador de bananas Álvaro Noboa, quien fue candidato presidencial en cinco ocasiones sin éxito.
El hijo presume de haber fundado su propia empresa a los 18 años y de haber estudiado en Harvard. Respaldado por las élites y todos los partidos de derecha, se autodenomina de centro-izquierda.
Al igual que su predecesor, Daniel Noboa no cuenta con mayoría en la Asamblea Nacional, donde su coalición tiene solo 13 de 137 escaños. La semana pasada, logró una coalición legislativa con el conservador Partido Social Cristiano (PSC) y la Revolución Ciudadana, el partido del expresidente de izquierda Rafael Correa, lo que se espera que impulse sus reformas.
Con Reuters y EFE
