Medellín.- En los últimos 10 días Medellín ha tenido un flujo masivo de migrantes y refugiados, en su mayoría de nacionalidad venezolana, que llegan a la Terminal del Norte para comprar un billete rumbo a la región de Urabá, fronteriza con Panamá, especialmente a Necoclí, la puerta de entrada al Tapón del Darién, la peligrosa selva que atraviesan en un intento por llegar a Estados Unidos (EE. UU.).
El asesor de gerencia de Terminales Medellín, Carlos Mario Patiño, informó a EFE este 8 de octubre que en el caso de los venezolanos, a partir del 26 de septiembre han tenido un flujo muy importante, son entre 1.000 y 1.300 por día, detalló.
Patiño señaló que desde julio tienen una alerta de migrantes importante, que ya experimentaron en Medellín en 2021 cuando se registró un alto flujo de haitianos: «Entre agosto y octubre pasaron cerca de 30.000 por las terminales de Medellín», afirma.
El funcionario aseguró que aunque la situación actual es «masiva», en términos logísticos y de asistencia, todo está controlado, y quien quiera viajar puede hacerlo mientras tenga las condiciones económicas.
Por lo general, los migrantes que permanecen más de un día en la terminal son los que no tienen recursos o están esperando a un grupo procedente de Chile, Ecuador, Perú o Brasil, para hacer la travesía en compañía.
La autorización del Ministerio de Transporte para ampliar la oferta con la contratación de vehículos para reforzar la operación desahogó la terminal y redujo considerablemente las aglomeraciones. «Las empresas de transporte venían sacando entre 300 y 400 personas, pero con esta autorización una sola empresa movilizó el jueves a más de 600«, informó Patiño.
También lo intentan por la isla de San Andrés
Ante las dificultades que tienen los venezolanos para adquirir visas a México y otras naciones de Centroamérica recurren a la selva del Darién para intentar llegar a Estados Unidos y también viajan a Colombia para llegar a Nicaragua por vía marítima.
Funcionarios de la Armada de Colombia han localizado en lo que va de 2022, hasta este 7 de octubre, a 526 migrantes irregulares que intentaban salir en embarcaciones ilegales desde la isla de San Andrés hacia el puerto de Nicaragua para llegar a Estados Unidos.
La ruta de San Andrés comenzó a popularizarse para evitar cruzar la selva del Darién, una peligrosa jungla que es tan solo el inicio de un viaje que emprenden los migrantes por varios países de Centroamérica con la intención de llegar a México y luego a EE. UU. por la frontera.
Con información de EFE.