Con motivo de la celebración este mes en Cali de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), el gobierno de Colombia aprovechó la oportunidad para promocionarse como líder medioambiental mundial.
Con el lema “paz con la naturaleza”, la administración del presidente Gustavo Petro aprovechó la cumbre para promover su programa de paz total y protección del medio ambiente.
Mientras que algunos analistas elogiaron al Estado por sus amplios compromisos y sus medidas progresistas en materia de política climática, otros pusieron en duda la capacidad del gobierno para proteger la Amazonía, el ecosistema más valioso de Colombia, controlado en gran medida por rebeldes armados.
Por qué la COP16 fue una oportunidad de mostrarse para Colombia?
Para el Estado colombiano, la COP16 fue una oportunidad de demostrar su trayectoria y liderazgo en la acción climática.
Este evento representa una oportunidad para mostrar nuestra rica biodiversidad y el papel crucial que desempeñamos en la lucha contra la pérdida de ecosistemas”, dijo el portavoz a Latin America Reports.
La administración Petro, que ha puesto el cambio climático a la vanguardia de su agenda política, vio la COP16 como un símbolo de su compromiso continuo con la protección y la reforma del medio ambiente.
Desde su llegada al poder en agosto de 2022, Petro ha supervisado el fin de nuevas exploraciones de petróleo y gas, una caída de un tercio en la deforestación, y se ha convertido en el primer líder de una “nación importante” en pedir un tratado de no proliferación de combustibles fósiles.
Pero lo que el gobierno esperaba que fuera una oportunidad para mostrar su agenda climática progresista se ha visto eclipsada en gran medida por las acciones de grupos armados.
Justo antes de que comenzara la COP16, los rebeldes de la facción guerrillera Estado Mayor Central (EMC) advirtieron en las redes sociales de que los delegados no debían asistir a la cumbre.Los riesgos del conflicto armando en Colombia
La amenaza puso de manifiesto la compleja relación existente entre los esfuerzos de conservación y el conflicto armado en Colombia.
Un reciente informe de International Crisis Group (ICG) esbozaba la correlación entre el aumento de la deforestación en la Amazonia y el fracaso de las negociaciones con el EMC.
Una división interna entre los rebeldes en abril de 2024 provocó la ruptura de las conversaciones con el Estado. Desde entonces, las tasas de deforestación aumentaron bruscamente.
Elizabeth Dickinson, analista principal para Colombia de ICG y una de las autoras del informe, habló con Latin America Reports sobre la difícil situación del gobierno: “Creo que el gobierno tiene dos problemas políticos, y son diferentes. El problema a corto plazo y el problema a largo plazo. El problema a corto plazo es que la selva amazónica está desapareciendo. El problema a largo plazo es la falta de control estatal en grandes zonas de la selva”.
Dickinson cree que el Estado puede ayudar a proteger la Amazonía mediante negociaciones de paz con el EMC. Señala que la deforestación disminuyó cuando el gobierno de Petro empezó a aplicar su programa de «paz total», un ambicioso plan con el que Petro hizo campaña para alcanzar la paz con los diferentes grupos armados de Colombia.
“En 2022 esto es exactamente lo que ocurrió, y creo que, como gesto de buena voluntad, el EMC puso en marcha estas restricciones a la deforestación, y creo que está en su mano volver a hacerlo”, comentó Dickinson.
Tras la primera ronda de negociaciones entre el EMC y el gobierno de Petro, las tasas de deforestación descendieron 51% en las zonas bajo influencia del grupo rebelde.
Andrés Cajiao, investigador de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), se hizo eco de la opinión de Dickinson.
Le dijo a Latin America Reports que las primeras negociaciones «incluyeron compromisos por parte [del EMC] para reducir la deforestación en su zona de influencia. Esto permitió una reducción del fenómeno durante las primeras etapas de la negociación».
Es posible un acuerdo de paz?
Pero Cajiao también advirtió que, incluso con un acuerdo de paz entre el Estado y el EMC, otros biomas de importancia ecológica en departamentos como Guaviare, Putumayo y el norte de Antioquia están controlados por diferentes grupos rebeldes.
A pesar de los desafíos a los esfuerzos de conservación, muchos analistas elogian al gobierno de Colombia por su postura progresista en cuestiones medioambientales y su determinación para encabezar las acciones contra el cambio climático.
En declaraciones a Latin America Reports, Estefanía González, Directora Adjunta de Campañas de Greenpeace Andino, elogió la postura progresista de Colombia y los países vecinos en cuestiones medioambientales.
“Los países latinoamericanos no sólo se encuentran entre los más megadiversos del mundo, sino que también han implementado importantes medidas de protección de la biodiversidad y han demostrado un importante liderazgo tanto a nivel regional como global en diversos ámbitos multilaterales”, indicó.Dickinson, del ICG, también destacó el clima político excepcionalmente progresista de América Latina, que ha dado a las cuestiones medioambientales una plataforma mayor que nunca.
“Creo que tenemos la suerte de contar históricamente con numerosos jefes de Estado de la región y de los siete países amazónicos interesados en la conservación, que la han convertido en una prioridad y que la están incluyendo en la agenda mundial”, afirmó