Algunos jueces conservadores de la Corte Suprema no lo ocultan: tras anular el derecho al aborto en junio, también querrían retirar el derecho de las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio, a pesar de que está garantizado por una sentencia de 2015, informa nuestro corresponsal en Miami David Thomson.
Esta nueva ley deseada por la Casa Blanca pretende proteger el matrimonio para todos. El texto, denominado «Respect For Marriage Act», ha sido votado por las dos cámaras del Congreso: aún debe ser firmado en los próximos días por el presidente Joe Biden antes de entrar en vigor.
Biden la saludó como «un paso esencial para garantizar a los estadounidenses el derecho a casarse con la persona que aman». Una gran mayoría de estadounidenses apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo, incluso en las filas republicanas. Pero la derecha religiosa sigue oponiéndose de forma abrumadora.
Ninguna garantía absoluta
Sin embargo, esta ley no es una protección absoluta. Deroga la legislación que definía el matrimonio únicamente como la unión «entre un hombre y una mujer» y prohíbe a los funcionarios del registro civil –independientemente del estado en el que trabajen– discriminar a las parejas «por razón de sexo, raza, etnia u origen».
Pero el texto no obliga a los estados que lo rechazan a celebrar matrimonios entre parejas del mismo sexo si este derecho es finalmente anulado por la Corte Suprema. Y el templo de la ley ya parece dispuesto a autorizar a determinados comercios estadounidenses a negarse a atender a parejas del mismo sexo, en nombre de la libertad de expresión. Podría pronunciarse en este sentido este mismo verano.
La nueva ley fue votada por todos los miembros demócratas de la Cámara, con el voto en contra de 169 miembros republicanos. «Creo que es el camino equivocado», dijo Jim Jordan, un representante de Ohio cercano al expresidente Donald Trump.
Homenaje a Harvey Milk
Unos minutos antes de la votación, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, rindió homenaje a Harvey Milk, el primer concejal abiertamente gay de California, asesinado en 1978.
«Una vez dijo a sus partidarios: ‘He probado la libertad, no iré para atrás’. Hoy, la Cámara se alza orgullosa junto a las fuerzas de la libertad, en contra de dar marcha atrás», dijo la congresista, que dejará la presidencia en enero y se congratuló de que ésta fuera «una de las últimas leyes» que firmaría como speaker.