En ausencia de su predecesor Jair Bolsonaro en el traspaso de mando, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, recibió este domingo la banda presidencial de manos de un grupo de ciudadanos, entre ellos el cacique indígena Raoni Metuktire.
En un quiebre del protocolo, Lula subió la rampa del palacio presidencial de Planalto escoltado por un niño negro, un obrero metalúrgico, una cocinera, un artesano, un profesor y un joven con discapacidad, entre otros representantes del pueblo brasileño.
El cacique Raoni Metuktire, emblemático defensor de la Amazonía, estaba entre ellos, usando su característico disco labial y tocado de plumas amarillas.
En uno de los momentos más esperados de la toma de posesión, en lo alto de la rampa, la recolectora de residuos negra Aline Sousa, de 33 años, le colocó a Lula la banda una cinta de seda verde y amarilla bordada en oro y diamantes.
Lula fue proclamado presidente de Brasil por tercera vez, tras pronunciar un «compromiso constitucional» ante el Congreso y gobernará hasta enero de 2027.
Asumimos el compromiso de combatir todas las formas de desigualdad (…) Es inaceptable que sigamos conviviendo con prejuicios, discriminación y racismo. Somos un pueblo de muchos colores y todos tienen que tener los mismos derechos y oportunidades», dijo Lula dirigiéndose al público.
Entre lágrimas, Lula abrazó a cada uno del grupo y saludó a las decenas de miles de personas que acompañaban la ceremonia desde la Plaza de los Tres Poderes, igualmente embargados por la emoción.
Lula fue proclamado presidente de Brasil por tercera vez, tras pronunciar un «compromiso constitucional» ante el Congreso y gobernará hasta enero de 2027.
la primera vez desde 1985 que un mandatario saliente no pasa la banda presidencial a su sucesor.
El ultraderechista Bolsonaro, quien tras la derrota permaneció la mayor parte del tiempo en silencio, viajó el viernes a Estados Unidos, dos días antes de finalizar su periodo de gobierno.
Perro presidencial
Junto con los representantes del «pueblo» brasileño, otro personaje llamó la atención al subir la rampa con el presidente: Resistencia, una perra callejera que la primera dama «Janja» adoptó mientras Lula estaba en la cárcel entre 2018 y 2019.
Negra y con el hocico peludo, Resistencia fue acogida primero por integrantes del campamento «Lula livre», de militantes de izquierda que pedían la liberación de Lula en Curitiba (sur), preso por corrupción. Después de verla sufrir problemas respiratorios, la entonces novia de Lula decidió llevársela a casa.
La mascota aparece a menudo en las fotos de Lula y «Janja» en las redes sociales, así como Paris, otra perra sin raza adoptada por el matrimonio.
La investidura fue organizada por la primera dama.
Entre otros detalles que cambiaron bajo su comando, pidió suspender el estruendoso espectáculo de 21 cañonazos que solía disparar el Senado durante la ceremonia, para evitar molestar a las personas con discapacidad y a los animales.