El Departamento de Justicia de Estados Unidos abrió una investigación para identificar a la persona que está detrás de una filtración masiva de documentos clasificados relacionados con la guerra en Ucrania, las acciones tanto de adversarios como de aliados de Estados Unidos y publicados esta semana en las redes sociales. Pero esta filtración pone en evidencia el alcance de su sistema de espionaje.
El domingo 9 de abril, la prensa estadounidense reveló nuevas informaciones ultrasensibles reveladas por estos documentos. Sobre la guerra en Ucrania, en primer lugar, los documentos muestran la amplitud y la precisión de la inteligencia que se recopila en Estados Unidos, según el New York Times.
Los servicios estadounidenses podrían así estar informados de antemano sobre los objetivos de los bombardeos rusos. Esta información es especialmente valiosa para Ucrania, pero los documentos demuestran también, según el diario estadounidense, que los norteamericanos espían al Estado Mayor y a los dirigentes ucranianos.
Otras informaciones de los documentos conciernen a Ucrania sólo indirectamente: por ejemplo, los supuestos intentos del grupo Wagner de comprar armas a Turquía a través de Mali. O información sobre el debate en el seno del gobierno surcoreano acerca de la entrega de municiones a Ucrania.
Por último, hay información que no tiene nada que ver con Ucrania, incluida la situación en Israel. Según estos documentos, la CIA recogió información sobre el apoyo prestado por funcionarios del Mossad a la lucha contra la reforma de la justicia.
Fuentes debilitadas
La difusión de esta información altamente sensible en Internet tendrá sin duda consecuencias importantes. En primer lugar, en términos de confianza. Si Estados Unidos ha podido filtrar esta información, sus aliados serán más reacios a confiarles sus servicios de inteligencia. Las fuentes que los servicios estadounidenses utilizan, especialmente en Rusia, podrían también verse amenazadas.
Para el Washington Post, las filtraciones muestran hasta qué punto los servicios estadounidenses han podido penetrar en el ejército ruso y en los servicios de inteligencia militar. Esto podría ayudar a Rusia a identificarlos y neutralizarlos.
A menos, claro está, que todos estos documentos sean falsificaciones. Tanto el Washington Post como el New York Times afirman, sin embargo, que varios altos funcionarios estadounidenses han autentificado al menos una parte de estos documentos.