La ONU avisó este viernes de que los suministros de sus equipos en la Franja de Gaza han alcanzado «el final del barril» y reiteró su petición a las autoridades israelíes para que permitan la entrada de ayuda humanitaria en la zona.
«Acabo de tener una llamada con mis colegas de UNWRA (la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos), dicen que no han conseguido ni una gota de agua en seis días», aseguró durante una rueda de prensa Stéphane Dujarric, el portavoz del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
Dujarric explicó que la prioridad de Guterres en este momento es que se permita establecer un corredor humanitario para que puedan entrar nuevos suministros en la asediada región, donde los hospitales tienen que racionar la electricidad y solo tienen «unas horas de corriente al día».
«Unas 50.000 mujeres embarazadas tienen dificultades para acceder a servicios de salud básicos» en Gaza, detalló el portavoz.
También dijo que Guterres habló ayer con representantes israelíes y estadounidenses para tratar de evitar una «catástrofe humanitaria» en la zona, después de que Israel diera un ultimátum a la población del norte de la Franja de Gaza, cerca de un millón de personas, para que se desplace al sur.
El portavoz dijo que la UNWRA ha trasladado a su personal internacional y su centro de operaciones al sur del territorio, pero que varios trabajadores del grupo han decidido permanecer en el norte.
Al menos 12 trabajadores de la agencia han muerto por los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza desde que comenzó la guerra entre israel y el grupo islamista Hamás, hace seis días.
De acuerdo a la UNRWA, al menos 340.000 palestinos han sido desplazados en toda la Franja de Gaza y más de 5.300 empleados de agencia de la ONU están «respondiendo a la emergencia en circunstancias extremadamente difíciles».
«Si se atan las manos de Israel, si la narrativa falsa que escuchamos gana prevalencia, esto indicará el fin del mundo libre», aseguró Erdan, que defendió la decisión de las autoridades de su país de «dar un aviso» a la población del norte de la Franja ya que «las evacuaciones temporales son reversibles, la pérdida de vidas humanas no».
Unas 1.400 personas han muerto en Israel por el ataque sorpresa que la organización islamista Hamás lanzó el sábado pasado, según medios hebreos. Mientras, 1.800 personas han muerto en la Franja de Gaza por los bombardeos israelíes, según las autoridades palestinas.
La ONU ya ha avisado de que una evacuación de tal magnitud, incluidos hospitales, en 24 horas es imposible.